La lealtad de los caníbales: Una crítica literaria sin apaciguar

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La lealtad de los caníbales: Una crítica literaria sin apaciguar

En el mundo literario, pocas obras han generado tanta polémica y debate como La lealtad de los caníbales, una novela que ha sido objeto de críticas feroces y elogios apasionados por igual. Esta obra maestra de la literatura contemporánea ha sido calificada de subversiva, transgresora y revolucionaria, pero también de ofensiva, grotesca y inmoral. En este artículo, nos sumergiremos en el mundo literario para analizar la esencia de esta novela y descubrir qué hay detrás de su polémica recepción.

La lealtad de los caníbales: Una crítica literaria sin apaciguar

La tercera parte de la novela de Diego Trelles Paz, editada por Anagrama, nos sumerge en un mundo de violencia y placer, donde la confusión y la muerte se entrelazan con la literatura.

El triángulo de la violencia

En esta parte de la novela, Manyoma y Arroyo, dos personajes violentos y confusos, se encuentran en un escuadrón que no soportaría el escándalo. La violencia es tan extrema que se confunde con el placer y, si nuestros códigos lo permiten, con el amor más podrido.

La dureza del escuadrón es como el sexo, como la muerte y la confusión. Alina y Alipio Ponce se llena la boca de letras, de cuerpos, sexo duro, sexo de saliva.

Un trío nuevo

Un trío nuevo

Diego Trelles Paz nos presenta un trío nuevo, entre Perfumo, Alfredo y Alipio Ponce. Pero, ¿dónde estamos realmente? ¿Es esto una novela de Cabrera Infante, o algo nuevo y diferente?

En realidad, los protagonistas son fantasmas, no hay nadie vivo. Pero, por favor, no se lo digas. Llegará la resaca del dolor, la realidad de la muerte, no es una película, es sexo, es ahora, es espera, es agua, más agua, hasta que solo quede mar.

La espera del placer

Rosalba espera a Sofía y Rosalba, en realidad, no sabe qué carne desea, en realidad Rosalba no quiere placer, quiere amor. O viceversa. Un mail. Mira lo que hace la cerda de tu hija.

En la quinta parte habrá un cierre. Helmut, Berlín y Heidegger será el enésimo triángulo, y la canción Demon Days, y el europeo central y serio frente al tercer mundo, la miss juvenil embarazada, el frío de la huida, los niños que no lloran suelen estar muertos.

El triángulo de la violencia

En la sexta parte, en el salón blanco, en el corte y confección, solo dura tres meses. Es blanca y es Higuita, como René. Así que se conforma el triángulo con tres peluqueras acomodadas a la joda, los trapicheos, los robos, entre Nemesio y Chucky acabas explotando por los aires.

Chau, Melody (Nelson), desaparece, acaba en un departamento en Magdalena del Mar, poco más que un cuartillo para perderse, huir de las bandas, de los crueles de la palma, un boleto, comprar en la estación ropa, el bus Lima-Medellí.

La vida como violencia

En el siete llegamos a Miley Cyrus (Hanna Montana según la canción de Nick Cave) llevando a su terreno Jolene de Dolly Parton. Rosalba salta al padre, al padrecito, canción para Pablo, ¿Dónde está Sofía?

¿Vos te crees que todo es una telenovela? Pura Telenovela, en la parroquia de San Marcelo la belleza de Lima confluye en su fachada de estilo rococó o churrigueresco. Llamo a mi mujer. Ella conoce la canción de Cave y Montana y es una experta en historia del arte.

La oscuridad europea

Me encanta cuando Diego Trelles Paz pone al padre Pablo a despotricar como un macarra del sur de Madrid y uno vuelve a la realidad, se acabó el acento neutro, se acabó la literatura latinoamericana, volvemos de Lima a Madrid, a la oscuridad europea, tan oscura como la del Perú, tan insertada en las venas que acaba pareciendo sangre.

Flipando con todo el morro que le echa. Estamos numerando el final. Estamos en el 8. Ya llegamos a la cacería, no existen personas ni criminales en la web, solo Haydeé y la Chata. Diez años.

El final

En la 9 está la Avenida Colmena, está Ishiguro sin sangre en las manos, espumarajos del pasado para encontrarse en el penúltimo (o último, quién sabe) triángulo de la novela, construido sobre senos y saliva en lo más profundo del bar: Ishiguro, Rosalva y Sofía.

Mira, estamos acabando y no podemos dejar cabos sueltos, sea Contreras, sea el comandante Arroyo, sea la salsa o Juan Gabriel. Píper Pimienta tiene munición sin gastar, el camino de Contreras y Arroyo es hacia la muerte, el asesinato, la desaparición.

Imagina participar en un concurso de imitadores, recibir varios tiros y que nadie pueda sacarte el traje con el que te has caracterizado. Desaparecerías tú: yo soy EL CANTANTE, te lo digo, como la adicción en los dientes de Héctor Lavoe, como los planes perfectos, como los disparos al aire.

(YO SOY) el concurso, los hombres que explotan, los traidores en el piso, ¿Cuánto valdrá cada uno? Una canción, una más, en esta mixtape desquiciada, en este avispero de desesperación, True colors de Cyndi Lauper.

La conclusión

En el silencio después del disparo se escucha cómo se cierra el círculo. Perfumo, Alipio, es el 11, el final.

Un epílogo. Un ascensor. Un hábito negro. Un padre, otro padre, bajo la niebla imposible de Lima, siguiendo a Miguel de Unamuno, buscando el personaje a su autor, Diego, sé que todavía guardas algo bajo la manga, qué claro, qué cielo: todo parece el sueño de un fantasma, el cielo de Limás es tan lúgubre que producía tristeza.

La última palabra

Arroyo (que ha sobrevivido o sueña con sobrevivir, quizá sea un fantasma dispuesto hacia el tránsito, infierno y Lima se confunden) y su compañera. Sabes que van duros, que el alcohol les enciende. No hay más que atestado de atentados, intercesión, arreglo, solo preso, amigo.

El Padre, el otro padre, sigue al/el Arroyo. En una Galería Comercial. Un abismo, un laberinto, es Lima, de marcas truchas y polivalente. Los personajes de Trelles Paz están acostumbrados a ser frágiles. Llega el terremoto. Lo avisaste. Tú eras el monstruo. El monstruo es real. Aullido pavoroso, animal herido, te devoras a ti mismo para poder huir. ¿Cuenta eso como canibalismo, dulcito?

La conclusión final

Creyó descubrir la luz penetrante de la mañana, pero, del otro lado, solo encontró tinieblas. Una novela excepcional, maravillosa, exigente, dolorosa. Un abismo al que hay que lanzarse sin cinturón, sin protección, obviando la seguridad.

Una crítica literaria sin apaciguar, que nos sumerge en un mundo de violencia y placer, donde la confusión y la muerte se entrelazan con la literatura.

Sara Ortega

Soy Sara, redactora de la página web El Noticiero. En este periódico independiente de actualidad nacional e internacional, me dedico a investigar y redactar las últimas novedades con la más rigurosa objetividad. Mi pasión por el periodismo me impulsa a ofrecer a nuestros lectores información veraz y completa, manteniendo siempre la ética y el compromiso con la verdad. ¡Es un honor para mí formar parte de este equipo y contribuir a mantener a nuestros lectores informados de manera imparcial y profesional!

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