La xerostomía, también conocida como boca seca, es un problema de salud oral cada vez más común en la población actual. Esta condición se caracteriza por la falta de saliva en la boca, lo que puede generar una serie de consecuencias desagradables y perjudiciales para la salud en general. Entre los principales síntomas se encuentran la dificultad para tragar, la sequedad bucal y el mal aliento, lo que puede afectar la confianza y la autoestima de las personas que la padecen. Sin embargo, es importante destacar que la xerostomía no solo es un problema estético, sino que también puede aumentar el riesgo de enfermedades dentales y problemas de salud más graves si no se trata adecuadamente.
La xerostomía: un problema oral que puede afectar tu calidad de vida
La xerostomía, también conocida como síndrome de boca seca, hiposalivación o asialorrea, se define como la sensación subjetiva de escasez o ausencia completa de saliva en la cavidad bucal. En España, este trastorno afecta a aproximadamente el 20-30% de la población mayor de 60 años, lo que lo convierte en un cuadro relativamente frecuente que puede conllevar una importante alteración en la calidad de vida de quienes lo padecen.
Síntomas y consecuencias de la xerostomía
Los pacientes aquejados de xerostomía suelen presentar, como síntoma más común, el disconfort mantenido asociado a la sequedad bucal. Además, la disminución del flujo salival se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades orales como caries, infecciones fúngicas en la cavidad oral (candidiasis, glosopirosis- síndrome de boca ardiente), enfermedades gingivales como la periodontitis y halitosis.
La disfagia, es decir, la dificultad para tragar alimentos, es otro de los síntomas que puede presentar la xerostomía. También puede provocar un mal sabor de boca persistente, llamado disgeusia.
Causas de la xerostomía
El origen de la xerostomía es múltiple, aunque se puede dividir en tres grandes grupos de causas más comunes:
Causas locales: procesos aplásicos glandulares e infecciosos que representan la causa más frecuente de disminución del flujo salival.
Causas sistémicas: alteraciones o patologías de carácter general como la diabetes mellitus, tuberculosis, cirrosis biliar o infección por VIH.
Causas autoinmunes: enfermedades como el Síndrome de Sjögren o lupus eritomatoso que se pueden manifestar a través de la hiposalivación.
Diagnóstico y tratamiento de la xerostomía
Un diagnóstico adecuado de la xerostomía debe comenzar por la elaboración de una minuciosa historia clínica y anamnesis en la que se indagará sobre la cantidad y frecuencia en la que el paciente ingiere líquidos. Además, se realizará una adecuada exploración de cavidad oral buscando signos de hiposalivación en suelo de boca, mucosas y otros aspectos derivados como caries o gingivitis.
El tratamiento y la evolución de este cuadro clínico dependerá fundamentalmente de su etiología, y suelen ir orientados a paliar la sintomatología derivada y por consiguiente a mejorar la calidad de vida del paciente. Los medicamentos colinérgicos como la pilocarpina o la cevimelina, destinados a aumentar el flujo salival, son los que mayor evidencia científica presentan. También se utilizan enjuagues orales y saliva artificial para lubricar, hidratar, espesar y adherirse a los tejidos orales.
Finalmente, es crucial la instrucción y enseñanza a los pacientes en técnicas de higiene oral y control de placa adecuadas con el fin de minimizar posibles complicaciones secundarias a este trastorno.
Recuerda que una correcta rutina de higiene oral es fundamental para minimizar posibles complicaciones de la xerostomía. ¡Apúntate a nuestra newsletter para recibir los mejores contenidos para cuidar tu salud y sentirte bien!
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