En un comunicado público, el reconocido cantautor catalán Lluís Llach ha decidido compartir con el mundo dos aspectos personales de gran importancia. Por un lado, ha confirmado su orientación sexual, un tema que había sido objeto de especulación y rumores en el pasado. Al mismo tiempo, ha revelado que ha estado librando una lucha contra el cáncer, una batalla que lo ha llevado a replantearse sus prioridades y objetivos en la vida. En sus propias palabras, Tuve que elegir qué quería hacer con mi vida, un testimonio que refleja la fuerza y la determinación de un artista que no se rinde ante las adversidades.
Lluís Llach revela su homosexualidad y lucha contra el cáncer en un testimonio de valentía
El legendario cantautor catalán Lluís Llach, de 76 años, ha decidido compartir con el público su experiencia personal en un emotivo testimonio en el programa Col·lapse de TV3.
En una conversación sincera y valiente, Llach habló sobre su diagnóstico de cáncer melanoma maligno en 1991 y cómo lo enfrentó con una actitud positiva. Tuve que decidir qué quería hacer, recordó. Me condenaron a muerte y a vivir un año y medio. Cuando te dicen que en un año y medio te tienes que morir porque las estadísticas de un cáncer melanoma maligno muy avanzado te condenan, tienes que tomar la determinación de qué quieres hacer: si ponerte a llorar o ponerte a sonreír y apreciar cada pájaro que pase. Elegí la segunda.
Llach también reflexionó sobre la muerte y cómo la sociedad la ve con miedo. Creo que la sociedad es muy sádica con nosotros. Porque no educarnos en morir hace que vivamos con un pánico a la muerte… Cuando es un acto de naturalidad absoluta. En mi caso, como además soy agnóstico militante, el hecho de que después no haya nada significa que hay que aprovechar. Porque después habrá tranquilidad absoluta.
Otro tema que abordó fue su orientación sexual. Viví mi homosexualidad sin darme cuenta demasiado de qué pasaba cuando tenía 12, 14, 16 años… Tenía novias y me enamoraba., relató. Pero fue con su última novia que se dio cuenta de su verdadera identidad. Teníamos nuestros juegos sexuales, pero veía que la pasión no me atormentaba nada. La quería y estaba enamorado, pero un día me puse ante el espejo, que es un ejercicio que va muy bien, y dije: 'Lluís, lo que te pasa es que eres maricón'. A partir de ese día estuve bien. Tranquilo conmigo mismo. Me asumí.
Llach concluyó su testimonio destacando la importancia de aceptarse a uno mismo. Lo llevé bien sabiendo que era mi privilegio, que lo hacía desde el privilegio de una persona que vivía en un mundo un poco apartado.
Este valiente testimonio de Lluís Llach es un ejemplo de cómo la sinceridad y la valentía pueden inspirar a otros a ser más abiertos y honestos sobre sus propias luchas y experiencias personales.
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