Mossos, un cuerpo en entredicho de nuevo después de la segunda fuga espectacular de Puigdemont
La segunda fuga espectacular del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha generado un nuevo escándalo en torno a los Mossos d'Esquadra, el cuerpo de policía autonómica de Cataluña. Después de que Puigdemont lograra eludir la justicia por segunda vez, la credibilidad de los Mossos ha sido seriamente cuestionada. La falta de eficacia en la persecución del líder independentista ha generado un clima de incredulidad en la sociedad catalana, que se pregunta cómo es posible que un cuerpo de policía tan prestigioso como los Mossos no haya podido detener a un fugitivo de la justicia. En este contexto, se han vuelto a poner en duda las capacidades del cuerpo policial y su independencia en la toma de decisiones.
Mossos, cuerpo policial en crisis: ¿Injerencias políticas y lealtad a la secesión?
El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha logrado fugarse de nuevo, esta vez en pleno centro de Barcelona, después de dar un mitin junto al Parlament. La pregunta que surge es: ¿cómo permitieron los Mossos d'Esquadra que Puigdemont se escapara de nuevo?
Un dispositivo de máximos que se descubrió como un fallo garrafal. Sobre Puigdemont pesaba una orden de detención inmediata en cuanto pisara suelo español, pero el operativo diseñado por los Mossos no logró detenerlo. Dos agentes de los Mossos ya han sido detenidos por haber podido prestar ayuda a Puigdemont para salir de Barcelona.
La crisis interna en el cuerpo policial es evidente. El sindicato de la Policía Nacional Jupol ha tachado de escándalo la actuación de los Mossos y ha considerado que los agentes han permitido la huida de Puigdemont a pesar de tener una orden de detención en vigor, lo que considera una dejación de funciones inadmisible.
Injerencias políticas y lealtad a la secesión
La nueva huida de Puigdemont recuerda a la crisis que ya afrontaron los Mossos por su papel en el referéndum del 1-O de 2017, por las sospechas de politización. La desconfianza que se había logrado disipar en los últimos años ahora amenaza con reavivarse.
La cúpula de los Mossos ha sido objeto de constantes denuncias de injerencias políticas a raíz de los sucesivos cambios en la cúpula del cuerpo, liderado sucesivamente por Josep Lluís Trapero, Josep Maria Estela y Eduard Sallent.
El papel de la policía catalana ante el referéndum agrió sus relaciones con la judicatura y con otros cuerpos policiales. Ahora, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha solicitado sendos informes a los Mossos d'Esquadra y al Ministerio del Interior sobre el operativo policial planificado para la detención de Puigdemont y sobre los elementos que determinaron su fracaso.
El futuro de los Mossos es incierto. A las consecuencias legales que puedan haber para los mossos implicados en la fuga de Puigdemont, se añade la inminente llegada del nuevo Govern de Illa, el primero sin ningún partido independentista desde 2010. Illa ya anunció en campaña que situaría a la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Núria Parlón, como consellera de Interior, y al mayor Josep Lluís Trapero, que fue juzgado y absuelto por el papel de los Mossos en el 1-O, y posteriormente restituido y destituido al frente del cuerpo, como director político de la policía catalana.
Deja una respuesta