No hay justicia para las víctimas: la ley trans deja huecos que permiten a los agresores cambiar de sexo para evadir penas por violencia de género No

En un escándalo que ha generado gran indignación, se ha descubierto que la ley trans presenta huecos legales que permiten a los agresores de la violencia de género cambiar de sexo para evasión de penas. Esta situación ha generado una gran inquietud y preocupación entre las organizaciones defensoras de los derechos de las víctimas, quienes ven cómo se niega justicia a las mismas. A continuación, se analizará esta situación y se examinarán las implicaciones de esta laguna legal en la lucha contra la violencia de género.

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Agresores de género se cambian de sexo para evadir penas

Desde que se aprobara la Ley Trans en 2023, han aumentado las noticias de hombres que se cambian de sexo para tratar de eludir condenas de violencia de género. Este proceso, que resulta relativamente sencillo en España, ha generado un debate social sobre su idoneidad y su posible mal uso.

Para cambiarse de sexo en nuestro país, basta con acudir al Registro Civil con un DNI, el padrón y el certificado de nacimiento. Cualquier persona mayor de 16 años y con nacionalidad española puede realizar este trámite, que se completa en un plazo máximo de 4 meses. No se requieren informes médicos ni psicológicos, lo que ha generado críticas sobre la facilidad con la que se puede realizar este cambio.

Un quid de la cuestión peligroso

Un quid de la cuestión peligroso

Una vez rectificado el sexo, la persona no está obligada a modificar su aspecto, a hormonarse ni siquiera a cambiar de nombre. Esto ha generado una rendija por la que pueden colarse agresores que buscan evadir la justicia.

Los defensores de esta regulación argumentan que, según su artículo 46, quien cometa un delito será juzgado bajo el sexo registral que figuraba en el momento de los hechos. Además, si existe una sentencia firme por violencia de género previa a la modificación, no se prevé la posibilidad de revisión con fines de indulto.

El verdadero problema

El problema surge cuando el maltrato persiste después de la modificación registral, algo extremadamente habitual si se tiene en cuenta que el perfil del maltratador es reincidente. Si un hombre se registra como mujer y después ataca a su pareja o ex, será considerado mujer ante la ley, por lo que no se le aplicarían las condenas previstas en los casos de violencia de género, sino las de violencia doméstica.

Las víctimas perderían el derecho a poder acogerse a ciertas medidas de protección y asistencia específicas, y el falso hombre trans podría acabar en una prisión femenina.

La Fiscalía de Violencia de Género investiga

Ante sospechas, la Fiscalía de Violencia de Género dispone de varios meses para investigar si el maltratador ha intentado eludir la justicia. En el supuesto de hallarse pruebas, puede pedirse al registro una reversión del cambio y la denuncia volvería a ser tramitada por el juzgado específico. El acusado podría, además, enfrentarse a un fraude de ley.

Recientemente, un ertzaina atacó a su mujer tras cambiarse de sexo, lo que generó una polémica ya que el agresor iba a ser acusado de violencia doméstica a través de un juzgado de instrucción. Sin embargo, la Fiscalía ha estimado determinadas circunstancias, como episodios de maltrato anteriores, y finalmente será procesado por uno de violencia de género.

La ministra de Igualdad habla

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha afirmado que si se detectan irregularidades se deniega la petición. Desde la aprobación de la ley se habrían rechazado casi el 1,5% de las solicitudes. Sin embargo, la ley no prevé sanciones ni actuaciones concretas en supuestos de uso fraudulento.

No sería inoportuno que en estos procesos judiciales se agregasen asesores especializados, como equipos de psicólogos, para ayudar a determinar si se está ante un fraude.

La solución

No se trata de entorpecer el derecho de las personas a poder ser quienes se sienten ser. Pero urgen soluciones por parte de la Administración para que situaciones ya per se críticas no conlleven, encima, ulteriores complicaciones. No es preciso revertir libertades, sí adecuarlas a las necesidades. Quien hace la ley hace la trampa. El tiempo nos dirá si al final prevalecerá la coherencia.

Sara Ortega

Soy Sara, redactora de la página web El Noticiero. En este periódico independiente de actualidad nacional e internacional, me dedico a investigar y redactar las últimas novedades con la más rigurosa objetividad. Mi pasión por el periodismo me impulsa a ofrecer a nuestros lectores información veraz y completa, manteniendo siempre la ética y el compromiso con la verdad. ¡Es un honor para mí formar parte de este equipo y contribuir a mantener a nuestros lectores informados de manera imparcial y profesional!

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