¿Sabías que esto es lo que pagas a Hacienda sin enterarte? Los impuestos indirectos que te afectan sin que lo sepas

¿Sabías que esto es lo que pagas a Hacienda sin enterarte? Los impuestos indirectos que te afectan sin que lo sepas

En el día a día, solemos pensar que nuestros gastos se limitan a los pagos directos que realizamos, como el impuesto sobre la renta o el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Sin embargo, existe una fuerza oculta que se cobra en silencio, sin que nos demos cuenta. Se trata de los impuestos indirectos, que se encuentran presentes en prácticamente todas nuestras transacciones económicas. Desde la comida que compramos en el supermercado hasta el combustible que llenamos en la gasolinera, pagamos más de lo que creemos. En este artículo, descubriremos qué son estos impuestos indirectos, cómo funcionan y, lo más importante, cómo afectan tu bolsillo sin que te des cuenta.

¿Sabías que estos impuestos te afectan sin que lo sepas?

Todos los ciudadanos en España son conscientes de que llega la hora de pagar a Hacienda cuando se debe presentar la Declaración de la Renta, pero la realidad es que, a lo largo del resto del año, se pagan impuestos directos. Estos se afrontan cada vez que se consume un producto o servicio, y su cuantía depende del propio producto del que se trate.

A diario se pagan impuestos indirectos en actividades tan cotidianas como ir a echar gasolina, acudir al gimnasio o tomarse un café, pues se trata de esos tributos se aplican por el propio hecho de consumir o utilizar cualquier tipo de bien y servicio, y son abonados por las transmisiones de los mismos.

Tipos de impuestos indirectos más importantes

Dentro de ellos podemos encontrar los impuestos indirectos especiales, que son los que gravan el tabaco, el alcohol o los combustibles. La razón de su existencia es que su consumo genera costes sociales, como un alto gasto sanitario en el caso del abuso del consumo de tabaco o del alcohol, o la contaminación de los vehículos por el uso de hidrocarburos. Este tipo de impuestos son muy útiles desde el punto de vista recaudatorio, pues se dan de forma continua, rápida y directa, sin que tenga dependencia de los beneficios de las empresas.

Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es el impuesto indirecto más conocido, que se aplica en España desde el 1 de enero de 1986, cuando el país pasó a formar parte de la Comunidad Económica Europea. Hay algunas actividades que se encuentran exentas de este tributo, como son los servicios sanitarios y médicos, las sociedades deportivas y culturales, la formación y educación, las operaciones financieras y de seguros y el arrendamiento de viviendas.

Dentro del IVA podemos distinguir entre tres tipos de IVA:

• General (21%), que se aplica sobre electrodomésticos, cosméticos, ropa, peluquería, gimnasio…;
• Reducido (10%), para servicios como transporte de viajeros, agua, productos de alimentación, bienes de agricultura y ganadería, medicamentos para animales…;
• Superreducido (4%), que afecta a animales frescos como fruta y verdura, huevos, cereales, pan, harina, quesos y leche, así como a libros periódicos, medicamentos, gafas, productos y servicios para discapacitados o viviendas de protección oficial, entre otros.

Otro tributo indirecto de gran importancia es el Impuesto sobre las Transmisiones Patrimoniales (ITP) y Actos Jurídicos Documentados (AJD), que se aplica en las operaciones de compraventa de todo tipo de bienes y derechos, a aquellos actos que se tienen que documentar de manera oficial y a algunas operaciones específicas que realizan las empresas. Este es un impuesto que está cedido a las comunidades autónomas, lo que implica que no todos los ciudadanos españoles pagan lo mismo.

La principal distinción que encontramos entre los impuestos directos e indirectos que deben pagar en España los contribuyentes es la base sobre la que se aplican, ya que mientras que los directos gravan rendimientos del trabajo, el alquiler de la vivienda o la rentabilidad obtenida a través de cuentas de ahorro o depósitos a plazo fijo, entre otros, los indirectos aplican una tasa impositiva sobre los servicios contratados o los productos adquiridos.