Tenerife asombra con la transformación de una playa volcánica en un paraiso blanco: la historia detrás de la llegada de toneladas de arena del Sáhara

Tenerife asombra con la transformación de una playa volcánica en un paraiso blanco: la historia detrás de la llegada de toneladas de arena del Sáhara

En la isla de Tenerife, una de las Islas Canarias, se ha producido un fenómeno natural que ha dejado a la comunidad turística y a los habitantes locales con la boca abierta. Una playa volcánica, caracterizada por su paisaje agreste y oscura, se ha transformado en un paraiso blanco, gracias a la llegada de toneladas de arena del Sáhara. Este cambio drástico se debe a un fenómeno atmosférico conocido como calima, que trae consigo grandes cantidades de arena del desierto africano. A continuación, exploraremos la historia detrás de esta transformación, que ha convertido a esta playa en un destino turístico de ensueño.

La transformación de una playa volcánica en un paraíso blanco: la historia detrás de la llegada de toneladas de arena del Sáhara

Las Islas Canarias es uno de los lugares de España que más turistas recibe al año, especialmente durante el verano. Muchos de ellos vuelan hasta Tenerife para conocer la espectacular isla y sus maravillosos rincones, desde impresionantes enclaves como el Teide o el Parque Rural de Anaga hasta su espectacular costa y sus increíbles playas.

Una de las más conocidas es la de Las Teresitas, ubicada en la localidad de San Andrés, a apenas 15 kilómetros de la capital, Santa Cruz de Tenerife. La playa de las Teresitas es una de las mejores de la isla de Tenerife gracias a sus cientos de metros de arena, aunque su aspecto actual no tiene nada que ver con el que tenía hace algunas décadas.

De lava a paraíso

Como tantas otras playas de las Islas Canarias, la de las Teresitas era de origen volcánico, por lo que no había ni un solo grano de arena fina y dorada como en la actualidad, sino que estaba cubierto de pequeños guijarros magmáticos que muchos utilizaban para construir edificios.

En la década de los 70, las autoridades locales decidieron rellenar la costa con toneladas de arena procedentes del Sáhara (unos cinco millones de sacos) que dieron al arenal el aspecto que todavía mantiene. Además, la playa de las Teresitas tiene un rompeolas de un kilómetro que evita que el Atlántico arremeta con fuerza contra la playa.

Un enclave idóneo para los amantes del deporte

Además de ser de muy fácil acceso, ya que cuenta con numerosas plazas de aparcamiento, la playa de las Teresitas es un enclave idóneo para los amantes del deporte, ya que además de nadar en las aguas del Atlántico o hacer running a lo largo de sus 1.500 metros de longitud, también se puede practicar snórkel, ya que cuenta con un yacimiento submarino del Paleolítico.

También es posible montarse en un kayak o disfrutar haciendo stand-up paddle. Cuenta con todo tipo de servicios y además es accesible para personas con movilidad reducida.

Cómo llegar a la Playa de las Teresitas

Para llegar a la playa de las Teresitas desde Santa Cruz de Tenerife hay que tomar la TF-11 o Autovía de San Andrés desde la ciudad, y justo cuando llegues al castillo de la localidad tinerfeña debes coger la salida de la TF-121 para ir al aparcamiento. El trayecto es de apenas nueve kilómetros y dura aproximadamente un cuarto de hora.

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