- Tesorillo de Navarra: el impresionante santuario-fortaleza de Sangüesa, rey de los valles
- Vista impresionante: Ujué, el pueblo navarro que parece sacado de un cuento
- La leyenda de la paloma: el origen de Ujué, un pueblo con historia y encanto
- Santuario-fortaleza y calles laberínticas: descubre el corazón de Ujué
- Un paraíso tranquilo: el entorno natural de Ujué, un reflejo del paisaje navarro
En el corazón de la región de Navarra, se esconde un verdadero tesorillo arquitectónico y patrimonial. El impresionante santuario-fortaleza de Sangüesa es un lugar que debe ser visitado por cualquier amante de la historia, la cultura y la naturaleza. Ubicado en el valle del río Aragón, este emblemático monumento es testigo de la riqueza y la diversidad de la región. Con su imponente estructura y su historia llena de leyendas y secretos, el santuario-fortaleza de Sangüesa es, sin duda, el rey de los valles. A continuación, te invitamos a descubrir los tesoros que esconde este lugar mágico.
Ujué, también conocido como Uxue en euskera, es uno de esos lugares que parecen sacados de un cuento. Este pintoresco pueblo navarro, asentado en lo alto de una sierra desde donde domina los llanos de la región, se ha ganado a pulso un lugar en la lista de Los Pueblos más Bonitos de España. Su imponente santuario-fortaleza, sus calles laberínticas y sus casas de piedra son solo algunas de las maravillas que esperan a quienes buscan sumergirse en la autenticidad y la historia.
La leyenda de la paloma: el origen de Ujué, un pueblo con historia y encanto
La historia de Ujué está marcada por una leyenda intrigante que explica el origen de este hermoso pueblo enclavado en las alturas. Cuenta la historia que todo comenzó con la insistencia de una paloma que entraba y salía de una gruta en la montaña. Un pastor, intrigado por este comportamiento, intentó ahuyentar a la paloma sin éxito. Finalmente, decidió entrar en la gruta y lo que encontró allí fue asombroso: la efigie de la Virgen de Ujué. Sobre esa gruta se construyó un templo y alrededor se agruparon los lugareños en busca de refugio. El nombre de Ujué, que deriva de Uxoa en vasco, que significa paloma, rinde homenaje a esta persistente ave que condujo al descubrimiento de la Virgen.
Santuario-fortaleza y calles laberínticas: descubre el corazón de Ujué
El corazón de Ujué es su santuario-fortaleza de Santa María, que ha evolucionado a lo largo de los siglos. En sus orígenes, fue una pequeña capilla prerrománica, sobre la cual se construyó un templo románico en el siglo XII. Lo más destacado de esta iglesia son los tres ábsides con bóvedas de medio cañón que aún se conservan. Más tarde, en el siglo XIV, se añadió una ancha nave gótica, fusionando dos estilos arquitectónicos que reflejan la evolución histórica del lugar.
El Pórtico de Santa María es una joya arquitectónica que adorna la iglesia-fortaleza. Presenta un esquema apuntado y abocinado con diez arquivoltas ricamente ornamentadas. En el tímpano central, se pueden apreciar representaciones de la Última Cena y la Adoración de los Reyes Magos, escenas llenas de dinamismo y detalle.
Frente a la portada norte de la iglesia se encuentra lo que alguna vez fue el patio de armas del castillo del siglo IX. Los musulmanes consideraron esta atalaya como inexpugnable en el reino de Pamplona, y hoy en día solo queda el aljibe que almacenaba agua para épocas de asedio, un testimonio de la historia defensiva de Ujué.
El Paseo de Ronda era utilizado por los centinelas para asegurar el perímetro del castillo. Desde aquí, se pueden disfrutar de impresionantes vistas de la Ribera de Navarra, que añaden un encanto especial a la visita.
La destacada ubicación de Ujué, asentada en una de las elevaciones que conforman la sierra homónima, ofrece un entorno excepcional para la contemplación. En días despejados, la vista se extiende desde la cordillera pirenaica al norte hasta las llanuras de la ribera del Ebro y la silueta del Moncayo al sur.
La vegetación presente en este enclave presenta características propias del clima mediterráneo, con áreas de pino carrasco, matorrales densos de plantas aromáticas y pastizales donde aún pastorean alrededor de 2500 cabezas de ganado ovino. Estos paisajes se entrelazan con tierras de cultivo destinadas al cereal, olivos, almendros y viñedos.
En muchas ocasiones, las zonas de cultivo se escalonan en terrazas, adaptándose a las ondulaciones del terreno esculpidas por las tierras de labor a lo largo de los siglos. Es impresionante imaginar los considerables esfuerzos que los agricultores realizaron para construir estas terrazas de cereal, utilizando herramientas primitivas y animales de labranza.
La Sierra de Ujué se presenta como un apéndice desprendido del conjunto montañoso conformado por las Sierras de Alaiz, Izco y Orba, extendiéndose de norte a sur, desde Izco hasta Murillo el Fruto. Las aguas que descienden por la sierra se dividen, algunas fluyen hacia el río Aragón y otras hacia el río Zidacos, estableciendo así una divisoria hidrográfica parcial.
Para llegar a Ujué, puedes utilizar diferentes medios de transporte, como coche, tren o autobús, dependiendo de tu ubicación y preferencias. Desde Pamplona, puedes salir por la autopista AP-15 hacia Tafalla y luego seguir las indicaciones hacia Ujué. La distancia aproximada entre Pamplona y Ujué es de alrededor de 60 kilómetros.
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