En el marco de un escándalo que conmocionó a la comunidad, siete personas se encuentran en el banquillo de los acusados en un juicio sin precedentes. Se les acusa de compartir un vídeo sexual grabado durante las fiestas de San Timoteo, un evento que debería haber sido una celebración llena de alegría y diversión. Sin embargo, la noche se convirtió en una noche de horror para la víctima, cuya intimidad fue violada de manera flagrante. Algunos de los acusados aseguran que reenviaron el vídeo con la intención de ayudar a la víctima, aunque esta justificación ha sido recibida con escepticismo por parte de la opinión pública. ¿Cuál es la verdad detrás de este caso que ha generado tanta indignación?
Juicio por difusión de vídeo sexual sin consentimiento en Asturias
El juicio contra 30 acusados de difundir un vídeo sexual sin el consentimiento de la pareja protagonista, grabado en las fiestas de San Timoteo de Luarca en 2010, ha comenzado este martes ante la jueza del Penal número 2 de Avilés.
14 años después de los hechos, los acusados se sientan en el banquillo asturiano por un delito contra la intimidad, con la Fiscalía pidiendo dos años y seis meses de pena de cárcel.
De los acusados, 21 han reconocido su participación en la difusión del vídeo, mientras que otros cinco no admiten su implicación en los hechos y aseguran que lo hicieron para ayudar a la víctima.
Entre los acusados se encuentra un matrimonio, que explicó que el hombre recibió el vídeo a través de un grupo de WhatsApp y se lo envió a su mujer, quien a su vez lo envió a una compañera de trabajo que conocía a la víctima. La acusada argumentó que su intención era buena y que solo buscaba ayudar a la víctima.
Otro de los acusados dijo haber recibido el vídeo a través de un grupo de WhatsApp, con un enlace a una web pública en la que se encontraba el vídeo. Aseguró que no conocía al chico que salía en el vídeo, pero sí a la mujer, por lo que envió el enlace a un amigo que también la conocía.
Otro acusado recibió el vídeo a través de un grupo de una peña y aseguró no haberlo compartido con nadie. También hubo otros cuatro acusados que negaron haber visto el vídeo y haberlo enviado.
La abogada de la acusación particular, Anabel Prieto, se mostró satisfecha con que más de la mitad de los acusados hayan reconocido los hechos. Estoy muy satisfecha con que se reconozca, y que después de tantos años se tenga en cuenta lo que sufrió tanto ella como su familia, porque fue un acoso y un derribo, dijo la letrada.
El juicio continuará este jueves, y se espera que se conozca el acuerdo concreto al que han llegado los 21 acusados que han reconocido los hechos y ya han consignado 2.000 euros como responsabilidad civil.
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