En el umbral de su fallecimiento, Carlos V, el emperador que cambió el curso de la historia, emprendió un viaje épico por España, recorriendo desde la zona norte hasta la región sur, dejando un rastro de historia en su estela. Esta ruta, que se desarrolló a lo largo de Castilla y León y Extremadura, es un testamento del legado que Carlos V nos dejó. A través de este camino, podemos reconstruir los pasos del emperador en sus últimos días, y descubrir los lugares que lo vieron partir hacia su último destino. En esta cronología, se desvelan los secretos y las historias que se esconden detrás de la última ruta de Carlos V, un recorrido que nos transporta a un pasado glorioso y nos permite conocer más a fondo al hombre detrás del trono.
El legado de Carlos V: un recorrido por España antes de su fallecimiento
Quizás uno de los monarcas más estudiados en las clases de historia es Carlos I de España y V de Alemania. Para tenerlo ubicado, este rey es hijo de Juana la Loca y Felipe I el Hermoso, es decir, nieto de los Reyes Católicos. Además de reinar en España, también fue emperador del Sacro Imperio Romano.
Desde el Portal de Turismo de España proponen un recorrido por los lugares que el monarca visitó antes de morir en 1558 en el Monasterio de Yuste. Tomando su decisión de retiro, su majestad recorrió en 1556 las actuales comunidades autónomas de Cantabria, Castilla y León y Extremadura.
Desembarco en Cantabria
Carlos V, ya cansado y anciano, decide retirarse en el Monasterio de Yuste (Cáceres) y para cumplir esta especie de jubilación parte de los Países Bajos y desembarca en el puerto de Laredo el 28 de septiembre de 1556.
Laredo, Cantabria, cuenta con un extenso arenal de 4 kilómetros, la playa de Salvé, y celebra en septiembre el Desembarco de Carlos V, una gran fiesta con recreaciones teatrales, vecinos disfrazados de cortesanos, torneos y comida. Este 2024 se dará cita del 21 al 24 de septiembre.
Serpenteando por Castilla y León
De Cantabria pasamos a Castilla y León, comunidad en la que haría varias paradas. La primera, a 60 kilómetros de Laredo, es Medina de Pomar, con su casco antiguo declarado Bien de Interés Cultural y protegida por una muralla y un imponente castillo del siglo XVI.
Después de la villa medieval, el monarca se planta en la ciudad de Burgos, a 80 kilómetros de la parada anterior y cuya catedral está declarada Patrimonio de la Humanidad. Aparte de este espectacular templo gótico, es imprescindible visitar el Real Monasterio de las Huelgas y el Arco de Santa María. En este último veremos representado a Carlos V entre otros personajes relevantes de la historia de la ciudad.
A 90 kilómetros se ubica la siguiente parada del rey, dejando la provincia de Burgos y entrando en la de Palencia. El pueblo Venta de Baños cuenta con la Basílica de San Juan, un templo visigodo consagrado en el año 661 por el monarca Recesvinto.
La capital de Castilla y León
Tras un trayecto de 40 kilómetros, le toca el turno a la capital de Castilla y León, Valladolid, perfecta para recorrer tranquilamente a pie y disfrutar de sus numerosos templos y la coqueta Plaza Mayor y la del Viejo Coso.
Extremadura, última parada (y definitiva)
Antes de dar punto y final a la ruta en el Monasterio de Yuste, llegamos a Jarandilla de la Vera. En su palacio del siglo XV (reconvertido en Parador de Turismo) se hospedaba Carlos V mientras acondicionaban Yuste.
Tras el trasiego y el trote, ahora sí, culmina el recorrido en el Monasterio de Yuste (en el pueblo de Cuencos de Yuste). Fundado entre 1408 y 1414, fue el lugar elegido por Carlos V para pasar sus últimos días. Y así fue. Austero y aislado, se puede entender la decisión del rey para pasar su etapa final en este remanso de paz.
El monasterio tiene dos claustros, uno gótico y uno renacentista y junto a él se levanta un sobrio palacio para su hijo, Felipe II. El Monasterio de Yuste se puede visitar por 7 euros (gratis los lunes y domingos entre 15h y 19h).
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