Tres veces la sorpresa: los 5 presidentes de EE. UU. que se convirtieron en líderes pese a no obtener la mayoría del voto popular

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Tres veces la sorpresa: los 5 presidentes de EE. UU. que se convirtieron en líderes pese a no obtener la mayoría del voto popular

En la historia política de Estados Unidos, existen casos que desafían las expectativas y cuestionan la relación entre el voto popular y el acceso a la presidencia. En cinco oportunidades, presidentes de EE. UU. alcanzaron el poder pese a no obtener la mayoría del voto popular, lo que ha generado debate y controversia en torno al sistema electoral del país. A continuación, exploraremos los casos de estos líderes que, a pesar de no contar con el apoyo mayoritario de la ciudadanía, lograron acceder a la Casa Blanca, generando sorpresa y asombro en la opinión pública.

El sistema electoral estadounidense: donde un voto puede ser el que decide el destino de un país

Las encuestas de las elecciones en Estados Unidos prevén uno de los comicios más reñidos en la historia reciente. A Kamala Harris y Donald Trump apenas les separan dos puntos porcentuales en la media de los sondeos electorales, cuando quedan apenas dos semanas para que abran las urnas. Una diferencia que entra dentro del margen de error de las encuestas y que sugiere que el más mínimo detalle decantará la balanza para demócratas o republicanos.

La sorpresa electoral: presidentes de EE UU que ganaron sin mayoría del voto popular

La sorpresa electoral: presidentes de EE UU que ganaron sin mayoría del voto popular

El particular sistema electoral estadounidense, tan propio como particular, hace que no sea tan importante el 'cuánto' sino el 'dónde' de los votos. Y es que es posible que el candidato con menos votos resulte elegido presidente, algo que no es nuevo en la historia norteamericana: ya ha ocurrido otras veces, con algunos precedentes muy recientes.

El sistema electoral de Estados Unidos, el llamado 'winner-takes-all', hace que pueda ser un voto el que decante las elecciones, otorgando todo el apoyo de ese estado a uno u otro bando. De hecho, el ganador no tiene por qué ser el que más votos tenga, sino el que más delegados electorales de los estados consiga (el número de delegados de cada estado se asigna en función del número de habitantes)

Supongamos que el 'candidato A' gana por un único voto tres estados que reparten 30 delegados electorales, mientras que el 'candidato B' gana por millones de votos cuatro estados que suman 29 delegados electorales. Pues bien, aunque el 'candidato B' tenga el apoyo de cuatro estados y de varios millones de votantes más, 'el candidato A' sería el ganador de las elecciones, ya que suma más delegados electorales.

Un voto puede ser el que cambia la historia: la contienda electoral en EE UU es más que un simple conteo de votos

John Quincy Adams, el primer presidente en ganar con menos votos, en 1824. En una Unión formada solo por 24 estados, John Quincy Adams se convirtió en el sexto presidente de Estados Unidos a pesar de que había obtenido casi 40.000 votos menos que Andrew Jackson. En aquella época había más partidos en la terna por el poder y ninguno de ellos logró la mayoría del Colegio Electoral, por lo que la decisión se trasladó a la Cámara de Representantes.

También en 1876, el demócrata Samuel Tilden tenía 184 votos electorales y 250.000 votos más que el republicano Rutherford B. Hayes, que tenía 164 votos electorales. Sin embargo, Hayes reclamó la victoria en tres estados, y la Corte Suprema terminó por darle la razón y hacerle presidente por un voto electoral de diferencia.

En 1888, el demócrata Cleveland y el republicano Harrison se midieron en las elecciones. Aunque el entonces presidente Cleveland ganó el voto popular con 90.500 votos más que Harrison (0,8% de diferencia), Benjamin Harrison obtuvo más delegados electorales y fue elegido presidente por 233 votos a 168 en el Colegio Electoral.

En 2000, George W. Bush fue nombrado presidente en unos comicios decididos por apenas 537 votos. Durante la noche electoral, el demócrata Al Gore obtuvo medio millón de votos más que Bush, pero en el Colegio Electoral todo estaba muy igualado.

Y en 2016, Donald Trump fue presidente con 3 millones de votos menos que Hillary Clinton. Aunque Clinton ganó holgadamente en estados muy poblados como California y Nueva York, la campaña de Trump se centró en obtener la victoria, aunque fuese por ventajas muy cortas, en estados tradicionalmente demócratas como Michigan, Pensilvania y Wisconsin, el llamado 'Muro Azul'.

Ángel Calvo

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