El pasado fin de semana, el partido entre España y Francia protagonizó un duro enfrentamiento en el que uno de los jugadores más criticados fue Marc Cucurella, lateral izquierdo de la selección española. Cada vez que el jugador del Chelsea tocaba el balón, era recibido con un coro de silbidos por parte del público asistente al estadio. Pero, ¿cuál es el motivo detrás de esta gran cantidad de críticas hacia el jugador? La respuesta se encuentra en su actuación en el campo, donde cometió varios errores que costaron caro a su equipo. A continuación, analizaremos los detalles de su performance y lo que ha llevado a esta situación.
La grada alemana castiga a Cucurella por la 'mano' no pitada
Marc Cucurella fue el jugador más pitado por la grada del Allianz Arena en la semifinal de la Eurocopa entre España y Francia, celebrada este martes.
No protagonizó acciones polémicas, pero pesó demasiado el recuerdo de su 'mano' no pitada ante Alemania en el partido de cuartos de final. El acoso fue total para el defensor, pero no precisamente por parte de los aficionados galos, sino que vino de parte de los seguidores de la selección alemana que esperaban estar en el Allianz animando a los suyos.
En cada balón que tocaba, Cucurella era pitado, pero a la vez animado por una afición española que se volcó con él gritando Cucurella, Cucurella para silenciar los gritos de los alemanes.
El motivo es claro, y es que en Alemania sigue abierto el debate sobre la mano del español no pitada por el árbitro Anthony Taylor en los instantes finales del partido de cuartos de final. y lo pagan con el español.
La grada alemana no olvidó el polémico gesto de Cucurella y lo hizo pagar con silbidos y abucheos en cada oportunidad que tuvo el jugador español de tocar el balón.
Pero la afición española no se quedó atrás y se volcó con Cucurella, animándolo y gritando su nombre para tratar de silenciar los gritos de los alemanes.
Aunque Cucurella no cometió ninguna falta destacada durante el partido, la grada alemana siguió recordando su 'mano' no pitada y lo castigó con silbidos y abucheos.
La situación fue un tanto incómoda para el jugador español, pero la afición española estuvo siempre a su lado, animándolo y mostrando su apoyo.
El caso de Cucurella es un ejemplo claro de cómo un gesto polémico puede tener consecuencias en el campo de juego, y cómo la grada puede influir en el estado de ánimo de los jugadores.
Ahora, Cucurella y el conjunto español deberán olvidar esta situación y enfocarse en el próximo partido, donde buscarán alcanzar la final de la Eurocopa.
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