En un incidente que ha generado polémica, un obispo de la diócesis de Segovia se enfrenta a tres raperos que grabaron un videoclip en una ermita de la región. Según los jóvenes artistas, los encargados nos dejaron entrar, lo que ha generado un gran escándalo entre la comunidad religiosa y los vecinos de la zona. La ermita, un lugar de culto y reflexión, fue utilizada como escenario para la grabación del videoclip, lo que ha sido considerado un acto de irrespeto hacia la fe y la tradición. El obispo ha manifestado su indignación y ha pedido explicaciones sobre el incidente.
Polémica en torno a la grabación de un videoclip en una ermita de Segovia
El grupo de rap en el centro de la controversia ha hablado con En boca de todos sobre la polémica generada tras la grabación de un videoclip en la ermita de Nuestra Señora del Bustar, en Segovia. La decisión de utilizar este lugar sagrado para la grabación ha generado un gran revuelo entre los integrantes del grupo y el obispado.
La autorización pertinente, según aseguran los integrantes del grupo, no fue suficiente para evitar la polémica. Las autoridades diocesanas de la provincia, en cambio, calificaron la grabación como ofensiva para los católicos y agregaron que ninguna grabación audiovisual puede llevarse a cabo sin el permiso de las autoridades eclesiásticas.
La versión de los integrantes del grupo
Serde, Naím y Mónica, integrantes del grupo, han asegurado que es mentira que se colasen en el templo: No hemos roto ninguna ventana para entrar ni ha sido ningún allanamiento. Nos acompañaban las personas que nos habilitaron la entrada.
Mónica agregó que los encargados de esta ermita conocían a familiares míos y, desde un primer momento, nos dejaron entrar y estuvieron presentes en varios momentos de la grabación. Es más, una de estas personas nos indicó que cuando saliese el tema se lo mandásemos, concluyó.
Un mensaje de disculpas, pero no para la Iglesia
Pese al revuelo ocasionado, el grupo ha querido enviar un mensaje de disculpas: Pedimos perdón a cualquier persona que se haya sentido ofendida, pero no pedimos perdón a la Iglesia.
La polémica ha generado un gran debate en torno al respeto a los lugares sagrados y la autorización necesaria para utilizar estos espacios para fines artísticos.
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