Un país otorga derechos a las olas del mar, en un intento por proteger el medio ambiente y los ecosistemas marinos

Un país otorga derechos a las olas del mar, en un intento por proteger el medio ambiente y los ecosistemas marinos

En un histórico y innovador paso hacia la protección del medio ambiente, un país ha decidido otorgar derechos legales a las olas del mar, reconociendo su valor como parte integral de los ecosistemas marinos. Esta medida busca preservar la biodiversidad y garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas marinos, que se enfrentan a graves amenazas como la contaminación, la sobrepesca y el cambio climático. Esta iniciativa pionera puede sentar un precedente para otros países y inspirar cambios en la forma en que se aborda la protección del medio ambiente.

Brasil otorga derechos a las olas del mar en un intento por proteger el medio ambiente y los ecosistemas

En un paso histórico hacia la protección del medio ambiente, Brasil ha otorgado derechos a las olas del río Doce, reconociendo su valor intrínseco y su derecho a existir, desarrollarse y ser reparado en caso de daños.

Un país rompe con la tradición antropocéntrica y protege el medio ambiente

La Cámara Municipal de Linhares, en el estado de Espírito Santo, promovió una legislación específica para garantizar los derechos de las olas del río Doce. Esta nueva ley considera al océano como un ser vivo con derechos inherentes a la existencia, regeneración y restauración.

La decisión se fundamentó en los efectos del colapso de una presa en Minas Gerais en 2015, que causó devastadores cambios ambientales, sociales y económicos. Esto afectó la biodiversidad y redujo la potencia de las olas del río Doce, impactando negativamente en el turismo y la economía local.

Con la nueva ley de la Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza (GARN), Brasil ha marcado un hito en la legislación ambiental al hacer oficial algo que ya practicaban las poblaciones nativas amazónicas.

Un movimiento global por los derechos de la naturaleza

Más de 35 países alrededor del mundo han reconocido la existencia de los llamados Derechos de la Naturaleza en sus sistemas jurídicos, otorgando al medio ambiente privilegios específicos.

El reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza no se limita a un solo país. Desde 1972, organizaciones como la Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza han promovido una nueva visión en la relación entre los seres humanos y el medio ambiente.

La propuesta central es que la naturaleza tenga derechos inherentes, lo que le permite invocar sus propios intereses legales, independientemente de los beneficios que pueda aportar a la humanidad. Este enfoque cuestiona la visión tradicional que ha predominado durante siglos, donde el valor de la naturaleza se mide en términos de utilidad económica.

Ecuador, pionero en otorgar derechos a la naturaleza

En 2008, Ecuador se convirtió en el primer país en reconocer en su constitución a la naturaleza como un sujeto de derechos. Según el artículo 71 de su Carta Magna, “la naturaleza o Pacha Mama tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos”.

Esto significa que cualquier persona, comunidad o grupo puede pedir a las autoridades que se respeten los derechos de la naturaleza.

El reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza es un paso importante hacia una nueva dirección en la sociedad, donde el medio ambiente es valorado por su valor intrínseco y no solo por los beneficios que brinda a los seres humanos.

Este enfoque ecocéntrico busca proteger el medio ambiente y los ecosistemas, y es un llamado a la acción para que los países y las comunidades trabajen juntos para preservar el planeta para las generaciones futuras.