En una impactante revelación, una repartidora se vio envuelta en una situación que jamás imaginó al entregar un pedido a la casa de una amante y descubrir que se trataba del engañoso marido de quien creía ser su compañero fiel. La escena, digna de una película de drama, se tornó aún más intensa cuando la esposa traicionada se atrevió a preguntar con valentía: ¿Este es el viaje de trabajo? Las emociones y sentimientos encontrados surgidos en ese momento, sin duda, marcarán un antes y un después en la vida de esta mujer, quien ahora se enfrenta a la cruda realidad de una infidelidad descubierta de la manera más inusual y dolorosa imaginable.
Repartidora descubre a su esposo siéndole infiel al entregar un pedido inesperado
Las cámaras de seguridad, cuántos momentos virales han ofrecido a las redes sociales. Sin embargo, no siempre estas escenas son bonitas, especialmente para sus protagonistas, y está claro que esta mujer repartidora opina igual.
Tal y como se ve en el vídeo que se ha difundido en redes, esta rider británica se llevó una desagradable sorpresa mientras hacía su trabajo, pues no se esperaba tener que entregar un pedido a su marido. Y es que no se lo encontró en su casa, sino en la vivienda de otra mujer.
¿Qué estás haciendo aquí?, preguntó cuando Adam, su esposo, le abrió la puerta. Se supone que deberías estar en Londres. ¿Este es el viaje de trabajo? ¿Es en serio? ¿Es real o es una broma?.
Al ver la impasibilidad de él, ella comenzó a gritarle, pues no solo le había mentido, sino que se olía lo peor: ¡Di algo, por el amor de Dios!. Déjame ver quién eres. ¡¿Quién eres?!, empezó a exclamar, dirigiéndose a la chica que se imaginaba que había dentro con él.
Adam, ¿qué son esos gritos?, preguntó desde dentro de la casa la que era, aparentemente, su amante. ¡Soy su mujer, por eso son los gritos!, respondió la repartidora de comida.
¿Qué? ¿Mujer?, reaccionó la otra chica, demostrando que no tenía ni idea de que Adam tenía pareja. Por ello, para intentar 'salvar su culo', el hombre intentó, muy torpemente, fingir que no conocía a su esposa: Es la mujer repartidora, ¿puede darnos nuestra comida, por favor?.
¿De verdad estás haciendo esto?, preguntó, entre risas, la rider. Vivimos juntos desde hace tres años. Me dijo que tenía un viaje de trabajo. Entonces, la supuesta amante se unió a las críticas hacia él: ¡Eres un maldito cerdo!.
No te estoy mintiendo, ¿cuánto tiempo lleva contigo?, le preguntó la repartidora. Unos meses, le contestó la otra mujer engañada. No te vas a quedar aquí.
Bien, tampoco vas a venir a casa, añadió la esposa. ¿Dónde puedo ir entonces?, se preguntó Adam, momento en el que su mujer le dio unas claras indicaciones geográficas: ¡Te puedes ir a la acequia a la que perteneces, asqueroso cerdo!.
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