Una taxista revela por qué no acepta aconductores ebrios: 'No es suficiente con que me paguen'

Una taxista revela por qué no acepta aconductores ebrios: 'No es suficiente con que me paguen'

En un valiente y contundente testimonio, una taxista ha decidido hablar sobre una práctica que ha generado polémica en la opinión pública. La profesional del volante ha decidido no aceptar aconductores ebrios en su vehículo, a pesar de que esta decisión pueda significar perder clientes y, por ende, ingresos económicos. Sin embargo, para esta taxista, la seguridad y el bienestar de sus pasajeros y de terceros es más importante que cualquier ganancia material. En una frase que ha generado gran impacto, la taxista ha declarado: No es suficiente con que me paguen. ¿Cuáles son los motivos detrás de esta valiente decisión? ¿Qué implicaciones tiene esta postura en la seguridad vial?

La dura verdad de una taxista: No es suficiente con que me paguen por servicios especiales

Trabajar de cara al público puede generar todo tipo de anécdotas, especialmente si es por la noche. Prueba de ello es la cuenta de TikTok de Paula Torres, una taxista que no duda en confesar a todos sus seguidores cómo es su día a día.

Hoy os vengo a contar una anécdota de taxista de noche que me pasó ayer, ha comenzado a explicar en uno de sus últimos vídeos. Y es que, como ha asegurado, aunque ella hubiera preferido no contarlo nunca, no le ha quedado más remedio que confesar su vivencia: Son cosas que pasan.

Ayer fue noche de viernes y estaba trabajando. Sobre las 04:45 de la mañana me vienen dos niñas para que las lleve a casa, ha relatado. Como así ha destacado, era un trayecto sencillo, de apenas quince minutos, por lo que no creía tener ningún problema: Cuando estábamos llegando escucho un ruido, similar a un estornudo, pero más fuerte y más raro.

Aunque nada más lejos de la realidad, ya que estaba vomitando. Al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, la conductora no dudó en parar el coche para poder atenderla. Me has manchado todo el coche, pero bueno. La amiga toda preocupada pidiéndome perdón, ha explicado resignada, pero bueno, gajes del oficio.

Así, aunque las jóvenes no dudaron en ofrecerle pagar la limpieza, es algo que nunca antes le había sucedido. El asunto no es que me pagues la limpieza, el asunto es que eran las cinco de la mañana, que es cuando más trabajo hay, yo podía seguir hasta las ocho. Me he tenido que ir a la gasolinera, luego ir a mi casa a limpiar bien el coche y eso se queda mojado, se ha quejado.

No puedo seguir trabajando. No sé si existe una solución rápida. En ese momento yo no lo tenía, ha destacado, para que quede claro el porqué muchos taxistas no quieren aceptar a viajeros que puedan vomitar en el vehículo. No podemos arriesgarnos a dejar de trabajar. No es suficiente pagar la limpieza. Pero bueno, me fastidia un poco, ha finalizado.