Ventas de marcas alemanas como Mercedes, BMW y Volkswagen ralentizadas en China debido a la creciente competencia de fabricantes locales
La creciente competencia de los fabricantes locales en el mercado chino ha llevado a una ralentización significativa en las ventas de las marcas alemanas más prominentes, como Mercedes, BMW y Volkswagen. Esta tendencia se debe a la cada vez mayor capacidad de los fabricantes chinos para ofrecer vehículos de alta calidad a precios competitivos, lo que ha llevado a los consumidores a optar por opciones más asequibles y nacionales. La creciente competencia en el mercado chino ha llevado a una disminución en las ventas de estas marcas alemanas, que hasta hace poco tiempo dominaban el mercado. Sin embargo, la pregunta es ¿cómo responderán estas marcas alemanas a este desafío y qué estrategias implementarán para recuperar su cuota de mercado?
La competencia local hace ruido en China: ventas de marcas alemanas como Mercedes, BMW y Volkswagen ralentizadas
Un escenario marcado por mayores costes de producción, una acelerada transición al coche eléctrico, una mayor competencia local y un sector del lujo en apuros han desatado la tormenta perfecta en el mercado automovilístico chino con un claro afectado: el motor europeo.
A falta de un trimestre para culminar el ejercicio, los últimos datos constatan como los grandes fabricantes alemanes están perdiendo terreno en un mercado clave para sus negocios. Hace un mes, desde Mercedes-Benz alertaban de esta situación tras rebajar sus previsiones de beneficios por la debilidad de sus ventas en China, donde agrupa el mayor volumen de entregas.
Con las cifras sobre la mesa, el gigante germano ha vendido en China 512.200 automóviles en los primeros nueve meses del año, lo que supone un 10% menos que en el mismo período del ejercicio anterior. La firma que dirige Ola Källenius señalaba en su reajuste de previsiones al menor impulso del crecimiento del PIB chino como el principal lastre para sus ventas.
Los problemas de Mercedes en China se extienden entre sus fabricantes vecinos. El Grupo Volkswagen -matriz de sellos como Volkswagen, Skoda, Seat o Cupra- también está sufriendo un enfriamiento de sus ventas en China, su segundo mercado por detrás de Europa occidental. A cierre del tercer trimestre, el grupo ha entregado 2,05 millones de automóviles en territorio chino, un 10,2% menos que el volumen registrado un año atrás.
Desde el fabricante alemán advierten de que la competencia especialmente intensa en China explica el descenso global de sus entregas (-2,8% interanual). El grupo que comanda Oliver Blume ya vivió el año pasado el 'sorpasso' del coloso asiático BYD como el fabricante que más coches vende en China.
La alemana perdió un trono que ostentaba de manera ininterrumpida desde 2008, escenificando así el auge de la competencia local, que crece en el mercado nacional del mismo modo que lo hace en Europa: reflejando su ventaja competitiva en modelos enchufables y asequibles.
La china BYD planea hacerse con el 10% de Denza que aún controla Mercedes-Benz. Esta estrategia está resultando todo un éxito en un mercado donde la penetración de vehículos eléctrico avanza a pasos agigantados, impulsada por los ambiciosos incentivos de Pekín para estimular la transición hacia una movilidad eléctrica.
Sólo en septiembre, se vendieron 1,28 millones de vehículos de nueva energía en China, lo que representa casi la mitad (46%) del volumen mensual, según los datos consultados en la plataforma de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China (CAAM).
También atraviesa curvas en este mercado el integrante que completa el 'big three' del automóvil alemán. El último informe de ventas de BMW constata la caída de la demanda en el mercado chino. Hasta septiembre, las ventas de los modelos BMW y Mini retroceden un 13,1% en esta región, hasta las 523.638 unidades.
Lo hacen, especialmente acusadas por un tercer trimestre donde sus entregas se han reducido en China un 30%, una caída no avistada desde hace cuatro años.
Mientras Europa se divide por los aranceles, el negocio de los fabricantes europeos se deteriora en China en paralelo al aumento de la tensión entre las economías europeas para diseñar las políticas arancelarias hacia los vehículos importados desde el gigante asiático.
Semanas atrás, la división en la UE se hacía notar en la votación para mantener las barreras impuestas al coche eléctrico chino, que salió adelante pese a la oposición alemana y la abstención española.
La negativa de la locomotora de Europa reside en la presencia estratégica de sus grandes grupos en el mercado chino, donde temen que los mayores peajes exigidos por las autoridades europeas tengan represalias comerciales sobre sus negocios en el continente asiático.
No obstante, los expertos auguran que serán aquellos países europeos que han brindado apoyo a esta política arancelaria los más castigados en el mercado. Los que votaron que sí serán vistos de manera menos favorable por los inversores chinos, advierte Deborah Elms, del Centro de Comercio de Asia, en una nota.
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