El cinturón de riesgo: Castilla-La Mancha, Castilla y León y Navarra están en la mira por vulnerabilidad a clima y despoblación

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El cinturón de riesgo: Castilla-La Mancha, Castilla y León y Navarra están en la mira por vulnerabilidad a clima y despoblación

En un análisis exhaustivo sobre la situación actual de España, se ha identificado un cinturón de riesgo que abarca las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Navarra. Estas regiones se encuentran en una situación de vulnerabilidad debido a la creciente amenaza del cambio climático y la persistente despoblación en las zonas rurales. La combinación de estos factores pone en peligro el desarrollo sostenible y el futuro de estas áreas, que ya enfrentan problemas estructurales y demográficos. En este contexto, es fundamental analizar las causas y consecuencias de esta situación y explorar soluciones efectivas para mitigar los efectos negativos en estas regiones.

El cinturón de riesgo en Castilla-La Mancha, Castilla y León y Navarra

Una investigación de la Fundación La Caixa ha revelado que un tercio de los municipios españoles se encuentran en una situación de alta vulnerabilidad debido a la combinación de factores como el cambio climático, la despoblación y la globalización.

La vulnerabilidad climática y demográfica afecta a un tercio de los municipios españoles

La vulnerabilidad climática y demográfica afecta a un tercio de los municipios españoles

El estudio, titulado Más allá de la 'España vaciada': cambio climático, despoblación y globalización en las zonas rurales, analiza la situación de los 8.000 municipios españoles y concluye que el 77% de las comarcas de Castilla y León, el 43% de las de Navarra y el 34% de las de Castilla-La Mancha concentran municipios con serios problemas debido al cambio climático, la despoblación o la pérdida de competitividad de los productos agrícolas en los mercados internacionales.

El estudio de la Fundación La Caixa revela el 'cinturón de la vulnerabilidad'

El cinturón de la vulnerabilidad se refiere a la zona que abarca los municipios más afectados por estas tres amenazas. Según el estudio, más de un tercio de los municipios españoles se encuentran en situación de alta vulnerabilidad, lo que significa que no solo están expuestos a los efectos del cambio climático y la despoblación, sino que también tienen menos capacidad para hacer frente a estos problemas.

La despoblación y el cambio climático unen fuerzas en el cinturón de la vulnerabilidad

El cambio climático y la despoblación se unen en un círculo vicioso que hace que los municipios más afectados tengan menos capacidad para hacer frente a los problemas. La despoblación y la pérdida de competitividad de los productos agrícolas se suman a los efectos del cambio climático, lo que hace que estos municipios sean más vulnerables.

Para superar esta situación, el estudio sugiere que es necesario replantear la dimensión territorial de la gestión de la despoblación, y que se deben implementar políticas que tengan en cuenta las necesidades específicas de cada municipio, más allá de las fronteras provinciales o comarcales.

El estudio clasifica a los municipios en cuatro categorías

El estudio clasifica a los municipios en cuatro categorías según su nivel de vulnerabilidad: la España vaciada y económicamente marginada, la España que resiste económicamente pero se seca, la España erosionada y la España exportadora.

La categoría más vulnerable, la España vaciada y económicamente marginada, abarca más de un cuarto de los municipios y se ubica principalmente en el centro del norte de España, en especial en Castilla y León y Aragón.

Por otro lado, la categoría más segura, la España exportadora, forma parte de ella solo el 5% del territorio, y se ubica en zonas costeras y grandes ciudades.

La heterogeneidad de los más vulnerables

El estudio destaca la heterogeneidad de los municipios más vulnerables, que pueden convivir a pocos kilómetros pueblos con graves problemas de despoblación o debido al cambio climático con otras que no los tienen.

Por lo tanto, se sugiere que los fondos destinados a la despoblación o a la agricultura deberían adaptarse a los diagnósticos a escala municipal, y que se deben implementar políticas que tengan en cuenta las necesidades específicas de cada municipio.

Además, se destaca la importancia de trabajar con colectivos locales y dar apoyo a las iniciativas de abajo a arriba, ya que son los habitantes de los municipios los que tienen más conocimiento del territorio y sus necesidades.

Ángel Calvo

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