No hay equivalencia entre el contenido erótico en dibujos animados y en producción 'realista'

No hay equivalencia entre el contenido erótico en dibujos animados y en producción 'realista'

Un estudio reciente ha revelado una interesante conclusión sobre la percepción del contenido erótico en diferentes tipos de producción audiovisual. Según los resultados, no existe una equivalencia entre la forma en que se percibe el contenido erótico en dibujos animados y en producciones 'realistas', es decir, aquellas que utilizan actores reales. Esta diferencia fundamental puede tener implicaciones importantes en la forma en que se regulan y se consumen los contenidos para adultos. En este artículo, exploraremos más a fondo los resultados de este estudio y sus posibles consecuencias en la industria del entretenimiento.

El hentai: una fantasía erótica que no es tan inocente

La pornografía es un tema que ha sido ampliamente debatido en este espacio, pero había un aspecto que había sido pasado por alto: el porno animado. Aunque no lo hayas consumido, es probable que hayas visto anuncios pop-up o imágenes en aplicaciones móviles que presentan dibujos de chicas con ojos gigantescos y físicos muy sexualizados, propios del manga.

Este tipo de pornografía en forma de dibujos animados, anime o manga se conoce como hentai (que se traduciría como transformación en castellano). Es una categoría muy popular que siempre se encuentra entre las búsquedas más populares en páginas porno.

Educación sexual a través de dibujos animados: la ironía del hentai

Una postura extendida en foros es que el hentai es una alternativa menos mala porque no hay personas reales siendo explotadas. Sin embargo, ¿significa eso que somos inmunes a sus efectos? La falta de investigaciones específicas sobre el impacto del hentai es llamativa, especialmente considerando la cantidad de tráfico que genera.

En cambio, hay estudios que han demostrado que la exposición a contenidos violentos ficticios, incluyendo el hentai, pueden contribuir a comportamientos agresivos en los adolescentes. Esto puede llevar a aumentar la aceptación de la agresión como comportamiento normal.

El hentai es un género donde prima la fantasía de ficción, pero sus consecuencias sí pasan factura a la intimidad sin que nos percatemos de ello. La representación femenina en estas películas es aniñada y siempre inocente, con la particularidad de que la protagonista femenina suele tener el deseo de que la violen, lo que no respetar el consentimiento es uno de los básicos del hentai.

Estas violaciones son perpetradas por monstruos, insectos, plantas, animales, demonios, y también incluyen tintes de incesto, acoso, violencia y pedofilia. La inclusión de personajes de shows televisivos populares o de videojuegos como Fortnite, Overwatch o Minecraft hace que los espectadores más jóvenes lo vean como educación sexual o como dibujos convencionales, lo que minimiza el impacto de las agresiones sexuales.

Además, el hentai estimula al cerebro con expectativas poco realistas sobre las proporciones corporales y cómo es un encuentro sexual. Esto se convierte en un impedimento cuando llega la ocasión de estar con una mujer real que no encaja en el ideal físico que se ha convertido en la marca de la excitación.

Mientras el porno siga proyectando una imagen distorsionada del sexo pensada para un espectador masculino, dará igual que sea con intérpretes reales o animados. La mujer sigue apareciendo como un objeto sexual.