Barcelona convertirá en un epicentro ecológico la calle de Badajoz: se creará un carril de 1,4 kilómetros destinado a ciclistas y se pacificarán cinco

Barcelona convertirá en un epicentro ecológico la calle de Badajoz: se creará un carril de 1,4 kilómetros destinado a ciclistas y se pacificarán cinco cruces críticos

La ciudad de Barcelona da un paso significativo hacia la sostenibilidad y la movilidad ecológica. En el marco de su estrategia para reducir la huella de carbono y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado un ambicioso proyecto para convertir la calle de Badajoz en un epicentro ecológico. Como parte de esta iniciativa, se creará un carril exclusivo para ciclistas de 1,4 kilómetros de longitud, lo que permitirá a los usuarios de bicicletas circular de forma segura y cómoda por la zona. Además, se pacificarán cinco cruces críticos, lo que reducirá el riesgo de accidentes y mejorará la fluidez del tráfico.

Barcelona transforma la calle de Badajoz en un espacio sostenible con carril bici y arbolado

El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado la transformación de la calle de Badajoz, entre la avenida de Icària y la avenida Diagonal (en la plaza de las Glòries), para convertir la vía básica en un eje verde.

Para ello, el consistorio construirá durante dos años un carril bici de 1,4 kilómetros de largo y 2,3 metros de ancho que recorrerá en sentido mar-montaña las nueve manzanas de la calle. Además, se impulsará la pacificación en cinco cruces, uno de ellos en un entorno escolar, y se cubrirá la calle con más arbolado y vegetación.

La configuración de la calle tendrá también un carril bus, dos carriles de circulación y las aceras tendrán un ancho de 4,60 metros. El proyecto prevé transformar 28.420 m² y se hará en dos fases.

Un carril bici que conecte el litoral con Guinardó

El carril bici será unidireccional y en sentido montaña. El objetivo del Ayuntamiento es configurar un nuevo eje ciclista que conecte la fachada litoral con el Guinardó.

La nueva urbanización de la calle permite, de esta manera, enlazar el carril bici con el actual carril bici de la calle de la Independència, que nace en la plaza de las Glòries y llega hasta la calle de Sant Antoni Maria Claret, en el Hospital de Sant Pau. Además, al conectar con el carril bici de la Diagonal, que también cruza toda la ciudad, permitirá unir el barrio con el centro.

La pacificación de los cruces

Por otro lado, en cuanto a la pacificación de los cinco cruces del área del 22@, el consistorio apunta que tiene como objetivo dar continuidad a las aceras correspondientes a los ejes verdes establecidos en la planificación.

Los cruces entre la calle Badajoz con Doctor Trueta y Pujades estarán elevados y se adaptarán para peatones, con más vegetación y pavimento permeable. Estas se sumarán a la ya finalizada en la intersección de Badajoz y Almogàvers.

La intersección de Badajoz con Ramon Turró también se pacificará, elevando el cruce y ampliando el espacio para mejorar la seguridad en el entorno de la escuela Voramar. Además, se mejorará el acceso y se ampliarán las áreas peatonales.

Un proyecto de pacificación que apuesta por la vegetación

El proyecto de pacificación apuesta por aumentar la vegetación con tres niveles: herbáceo, arbustivo y árboles. El Ayuntamiento de la capital catalana ha explicado que se busca mejorar la biodiversidad con especies que florezcan todo el año y que permitan reducir el consumo de agua.

En total, se plantarán 195 árboles (frente a los 89 actuales), y se instalará una red de riego para el mantenimiento.

Nuevos servicios y mejoras

La urbanización de la calle de Badajoz prevé renovar todo el pavimento, tanto de la calzada como de las aceras, en el tramo comprendido entre la avenida de Icària y la calle de Bolivia, además de mejorar el drenaje del área.

El consistorio apunta que se instalará nueva iluminación LED, con farolas de doble brazo para iluminar tanto la calzada como las aceras, y farolas de un solo punto de luz para reforzar algunas áreas más estrechas, para mejorar la sensación lumínica, evitar zonas oscuras y promover el ahorro energético.

La calle Almogàvers ya tiene su eje verde

También en materia de urbanismo, la teniente de alcaldía de Urbanismo, Transición Ecológica, Servicios Urbanos y Vivienda, Laia Bonet, ha aprovechado la jornada para visitar el tramo finalizado de las obras de la calle Almogàvers, entre la calle de Badajoz y la de Roc Boronat, en el barrio del Parc i la Llacuna del distrito de Poblenou.

Con un coste de 3,5 millones de euros, el Institut Municipal d'Urbanisme (IMU), las obras han permitido pacificar un tramo de dos manzanas que cubren unos 7.890 m².

La calle, que tiene unos 20 metros de ancho, dedica 15 de ellos a ser un espacio destinado al paseo con zonas arboladas, mientras que los cinco metros restantes son para la circulación de vehículos a baja velocidad y servicios.

Además, en la intersección de Almogàvers y Ciutat de Granada se ha creado una plaza de 2.000 m² con áreas verdes.

El proyecto contempla aprovechar el agua de lluvia en toda la superficie mediante sistemas de drenaje urbano sostenible. En cuanto al mobiliario urbano, se han instalado nuevos aparcamientos para bicicletas, asientos, iluminación con farolas de columna vertical, y papeleras. También se ha implementado una red de recogida neumática de residuos.

En términos de vegetación, se plantarán 108 árboles, de los cuales 91 serán nuevos, junto con plantas arbustivas de más de quince especies diferentes.

Prueba piloto en la calle Almogàvers

En el marco de estas obras, se han instalado tres nuevos modelos de baldosas más sostenibles, ganadores del reto de innovación lanzado en 2022 por el Ayuntamiento de Barcelona.

Este programa busca mantener el diseño actual, incorporando soluciones para reducir la huella de carbono e impulsar la economía circular. Las tres propuestas, denominadas 'Panot del s. XXI', 'PANOT+' y 'R3PANOT', utilizan áridos reciclados y cemento de bajo impacto, facilitando la reutilización de las piezas y reduciendo las emisiones de CO₂, con el objetivo de que la ciudad sea neutra en carbono en 2030.

Además, desde el Ayuntamiento han apuntado que estos nuevos pavimentos contribuirán a reducir el ruido, mitigar el efecto de isla de calor y neutralizar gases contaminantes.

Cubriendo 2.500 m², serán evaluados durante un año para analizar su resistencia, comportamiento acústico y facilidad de limpieza, permitiendo volver a pensar la pavimentación futura en los contratos de obra pública.