En un esfuerzo por brindar apoyo a aquellos que más lo necesitan, el Centro de día se ha convertido en un refugio de esperanza para las personas sin hogar y sus seres queridos, los animales de compañía. Esta iniciativa busca proporcionar un espacio seguro y acogedor donde aquellos que se encuentran en situación de calle puedan encontrar alivio y apoyo en momentos de necesidad. Más allá de brindar servicios básicos, el centro también ofrece atención emocional y psicológica para ayudar a estas personas a superar las dificultades y encontrar una nueva oportunidad en la vida. Descubre cómo este centro de día se ha convertido en un farol de esperanza para aquellas personas que más lo necesitan.
Un refugio de esperanza: Centro de día atiende a personas sin hogar y sus seres queridos, incluyendo a sus mascotas
En el corazón de la ciudad de Alicante, el Centro de Intervención de Baja Exigencia (CIBE) de la Cruz Roja ofrece un programa pionero para personas sin hogar que padecen adicciones, y que también incluye el cuidado de sus mascotas.
Un vínculo especial entre personas y mascotas
Luisa Martín, trabajadora social del CIBE, afirma que las personas sin hogar tienen un vínculo especial con sus animales, que les ayudan a conectar con el entorno social. Sin embargo, hay una carencia absoluta de atención integral a estas personas y a sus perros o gatos.
El centro de día de la Cruz Roja permite que los animales entren en las instalaciones, e incluso ofrece la opción de que puedan quedarse durante unas horas si el usuario tiene que acudir a alguna cita incompatible con la presencia del animal.
Un programa integral
El programa del CIBE va más allá de la atención material, ya que informa a los usuarios sobre la Ley de Protección Animal y se denuncia ante cualquier indicio de maltrato a las mascotas. Además, se proporcionan piensos, collares y pastillas antiparasitarias, así como un lugar para duchar y asear a las mascotas, champú incluido.
La comida para los perros y gatos llega gracias a donaciones de una tienda para mascotas de la ciudad, Madagascar, y con fondos propios se sufragan collares contra las garrapatas, pulgas y para prevenir la leishmaniosis.
Un apoyo integral
Francisco Javier, de 54 años, vive en la calle con su perra 'Kika', y se siente agradecido por la atención que la Cruz Roja le ofrece para su mascota. Me cuida más ella a mí que al revés, afirma.
Óscar, otro usuario del centro, tiene a 'Loco', un perro mestizo de dos años y medio, y asegura que la responsabilidad de cuidar a su perro le hace estar más centrado y evitar líos en la calle.
El próximo objetivo del centro es concertar acciones con veterinarios para facilitar las vacunas y la atención de urgencias.
La Cruz Roja atiende a personas sin hogar y sus animales de compañía, ofreciendo apoyo integral en Alicante.
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