Según un informe reciente, un tercio de los hogares españoles que cumplen con los requisitos para recibir el ingreso mínimo vital no lo perciben, lo que deja a miles de personas sin la cobertura social que necesitan. Esta situación es especialmente preocupante en un contexto de cresiente pobreza y desigualdad en nuestro país. El ingreso mínimo vital es una medida diseñada para garantizar una renta mínima a aquellos hogares que más lo necesitan, pero parece que hay un problema de acceso que impide que muchos de ellos puedan beneficiarse de esta ayuda. En las próximas líneas, analizaremos las posibles causas de este problema y las consecuencias que esto tiene para las familias más vulnerables.
Desafío del Ingreso Mínimo Vital: un tercio de hogares no recibe la ayuda
El Ingreso Mínimo Vital (IMV), la renta de subsistencia que el Gobierno puso en marcha en 2020 para combatir la pobreza, solo llega a 342.856 hogares de los 950.000 que teóricamente podría proteger. Esto significa que apenas un 36% de las familias que potencialmente podrían obtener la ayuda porque cumplen los requisitos de renta y patrimonio la están recibiendo realmente.
Según la tercera evaluación sobre esta política pública realizada por la Airef, esta cifra de despliegue del IMV es escasa y tiene matices relevantes. Una de las principales razones es que hay una parte muy importante de las familias que podrían pedir la ayuda, pero no lo hacen. Este fenómeno, conocido en el argot científico como non take-up, es un problema estructural que frena el despliegue de la ayuda prácticamente desde sus orígenes.
En concreto, el 56% de los hogares que cumplen los requisitos para acogerse al IMV no solicita la prestación. Un porcentaje que se ha mantenido estable desde diciembre de 2021, fecha en la que el ingreso mínimo dio señales de haber tocado techo en su despliegue. Los motivos son variados, pero se pueden resumir en tres grandes asuntos: el cobro de otras prestaciones, la burocracia que rodea la ayuda o el uso de información de desactualizada para medir los umbrales de renta.
Un tercio de las personas pobres en España tiene un empleo remunerado. Sin embargo, el solapamiento con otras rentas mínimas y prestaciones no contributivas (como los subsidios al desempleo) es uno de los principales motivos que explica el non take-up. En concreto, cinco puntos de ese 56% se explican por hogares que ya cobran una renta mínima autonómica y que podrían pasarse al ingreso mínimo, pero no lo hacen.
Un fenómeno que se observa con más intensidad en las comunidades con programas de rentas mínimas más generosos, como Cataluña, País Vasco o Navarra. Si sumamos el alcance del IMV al de las rentas autonómicas, el número de hogares protegidos por algún tipo de renta de subsistencia supera el medio millón.
Esperamos que esta noticia sea de interés para nuestros lectores. Continuaremos informando sobre este tema en siguientes artículos.
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