La noticia sobre el uso de testosterona por parte de Alan Ritchson para su papel en 'Reacher' pone de manifiesto una práctica cada vez más común entre actores de Hollywood, quienes recurren a esteroides y otros tratamientos con el fin de lucir musculosos en pantalla. Este fenómeno refleja la presión existente en la industria del entretenimiento para encajar en determinados estándares físicos, lo que plantea interrogantes sobre la salud y la ética en la búsqueda de la perfección estética. La revelación de que figuras reconocidas como Ritchson optan por estas prácticas abre un debate sobre los límites que se están dispuestos a cruzar en aras de la representación artística y el impacto que esto pueda tener en la percepción del cuerpo y la masculinidad en la sociedad contemporánea.
Actores de Hollywood recurren a tratamientos extremos para lucir músculos en pantalla
Los héroes del cine de acción, como Alan Ritchson, Sylvester Stallone y Hafþór Júlíus Björnsson, son conscientes del desafío que representa mantenerse en forma a cierta edad. Muchos intérpretes, al alcanzar los 40 años, se ven obligados a someterse a dietas y entrenamientos cada vez más extremos para lucir músculos en pantalla, llegando incluso a recurrir a tratamientos poco convencionales como la testosterona.
El actor Alan Ritchson reveló recientemente que ha tenido que aumentar sus dosis de testosterona para mantener su físico en la serie 'Reacher' de Prime Video. Tras subir más de 13 kilos a través de una rigurosa rutina de ejercicios y una dieta de más de 4.500 calorías diarias, Ritchson experimentó fatiga y lesiones, siendo aconsejado por su médico para seguir un tratamiento de reemplazo de testosterona o TRT.
En las últimas décadas, la comercialización de esteroides anabólicos ha promovido el uso de versiones sintéticas de testosterona, con beneficios como la mejora de la densidad ósea y el aumento de la fuerza, pero también con riesgos como el aumento de la presión arterial. Actores como Sylvester Stallone han admitido recurrir a estos tratamientos, siendo multados en ocasiones por su uso ilegal.
La obsesión por el físico perfecto en Hollywood ha llevado a algunos actores a extremos peligrosos, como el consumo de esteroides y otras sustancias para mantener una apariencia ideal. Esta tendencia, impulsada por las redes sociales y las presiones de la industria, levanta preocupaciones sobre el abuso de medicamentos sin una real necesidad.
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