En un fallo histórico, la justicia ha condenado a más de tres años de prisión al conductor responsable del atropellamiento que causó la muerte del triatleta Alejandro Sierra. El conductor, cuya imprudencia y negligencia costo la vida del joven atleta, deberá enfrentar las consecuencias de sus acciones. La sentencia ha sido recibida con alivio por la familia y amigos de la víctima, que han luchado por la justicia en este caso. La responsabilidad penal del conductor es un paso importante hacia la búsqueda de justicia y reparación para los afectados.
Condena a 3 años y 2 meses de prisión por atropellamiento fatal de un ciclista en Huesca
El Juzgado de lo Penal número 2 de Huesca ha condenado a 3 años y 2 meses de prisión a un hombre de 61 años por el homicidio por imprudencia del triatleta de Barbastro Alejandro Sierra, al que arrolló con su vehículo mientras quintuplicaba la tasa de alcohol máxima permitida.
Fiscalía y acusación particular han acordado con la defensa rebajar la condena inicialmente solicitada de 4 años de prisión, la máxima prevista en el Código Penal para estos hechos, y plantear otra de 3 años y 2 meses por un delito de conducción bajo los efectos del alcohol en concurso ideal con otro de homicidio imprudente, así como la retirada del carnet de conducir durante 6 años, el máximo establecido.
El encausado, que ha sido asistido por dos intérpretes de signos debido a su sordera total, ha reconocido ante el tribunal los hechos cuando atropelló a la víctima y a su compañero, que sobrevivió al fuerte impacto recibido aunque con lesiones graves.
Alejando Sierra falleció a consecuencia de las graves heridas sufridas en el siniestro, ocurrido en octubre de 2020 en la carretera A-1232 a su paso por el municipio de Pozán de Vero, cerca de su domicilio en Barbastro.
Según el atestado de la Guardia Civil, que recogen los escritos de las acusaciones, el vehículo del acusado se desplazó hacia el arcén derecho de la calzada en un tramo curvo con buena visibilidad y arrolló a los dos ciclistas por detrás.
Las pruebas practicadas en el lugar del accidente por el equipo de atestados arrojaron tasas de alcohol de 1,22 y 1,29 miligramos en el organismo del acusado, que tenía, además, restricciones a la hora de conducir debido a su sordera.
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