La justicia española ha dictaminado una condena de nueve años de prisión para los responsables del secuestro del fundador de la red social Tuenti, Zaryn Dentzel, en su residencia madrileña. El suceso tuvo lugar en 2019 y conmocionó a la opinión pública. El empresario, de origen estadounidense, fue retenido contra su voluntad en su domicilio durante varias horas, siendo finalmente liberado tras el pago de un rescate. Dentzel ha declarado que desea dejar atrás este suceso y seguir adelante con su vida. La condena es un ejemplo de la firmeza de la justicia española en la persecución de delitos graves.
Condena a nueve años de prisión a los secuestradores del fundador de Tuenti en su residencia madrileña
Zaryn Dentzel, el fundador de la red social Tuenti, ha obtenido justicia tras el juicio contra los cuatro acusados de secuestrarlo en su residencia madrileña. Los acusados han reconocido los hechos y han aceptado una condena de nueve años de prisión, reducida desde los 20 años solicitados inicialmente por la Fiscalía.
El juicio, celebrado en la Audiencia de Madrid, investigaba cuatro delitos, incluyendo secuestro, agresión y robo. Los acusados habían planificado y ejecutado la detención ilegal del empresario americano para obtener 25 millones de euros en bitcoins, pero no lograron su objetivo y solo se llevaron varios objetos de valor y 2.000 euros con las tarjetas de crédito de la víctima.
El testimonio de Zaryn Dentzel
Zaryn Dentzel, al salir del juicio, declaró que quería pasar página y cambiar de capítulo en la vida. También agradeció el trabajo de la Policía, que logró detener a los cuatro sospechosos en octubre de 2022, un año después de los hechos.
Se dijeron muchas cosas en prensa, nosotros nunca hemos dicho nada. pero yo soy la víctima, ha sido una cosa horrible, dijo Dentzel. Todo lo que no te hunde te hace más fuerte, agregó.
Los hechos del secuestro
El 2 de noviembre de 2021, los cuatro acusados asaltaron la vivienda de Zaryn Dentzel en Madrid, maniatándolo, golpeándolo y sustrayendo objetos de valor. Los acusados habían ideado un plan preconcebido, fingiendo ser amigos de una amiga del empresario para lograr concretar una cita con él y entrar en su vivienda.
Una vez dentro, los acusados utilizaron cuchillos, botes de espray de pimienta y pistolas Táser para intimidar a la víctima y obtener sus claves de monedero digital. Sin embargo, no lograron su objetivo y se llevaron objetos de valor y 2.000 euros.
La Fiscalía había pedido 20 años de prisión para cada uno de los acusados, pero finalmente se llegó a un acuerdo de 9 años de prisión para cada uno de ellos, reduciendo el delito de secuestro a detención ilegal y eliminando el delito de estafa.
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