La Importancia de Conocer la Diferencia entre Incapacidad y Discapacidad
La incapacidad y la discapacidad son dos conceptos que con frecuencia se utilizan indistintamente, como si fueran sinónimos. Sin embargo, es fundamental comprender que se trata de términos diferentes, con implicaciones y consecuencias diversas en la vida de las personas que las padecen.
Definiciones y Diferencias
Antes de hablar de sus diferencias, es conveniente definir ambos términos. La incapacidad se refiere a la situación en la que un trabajador está impedido para desarrollar una actividad laboral común, tras haber recibido o estado recibiendo una asistencia sanitaria. Esto puede deberse a enfermedades o patologías comunes o laborales, así como a accidentes.
Por otro lado, la discapacidad se da cuando las posibilidades de integración educativa, social o laboral de una persona se ven reducidas por una deficiencia, que previsiblemente es permanente. Esta puede ser congénita o no, y afecta a nivel sensorial, psíquico o físico.
Orígenes y Evolución de los Conceptos
En 1980, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías, que establecía una diferencia entre minusvalía y discapacidad. Según la OMS, la discapacidad era la ausencia o restricción provocada por una deficiencia de la capacidad para poder ejecutar una actividad dentro de lo considerado normal para las personas.
Posteriormente, en 2001, la OMS realizó un cambio en su clasificación, y en 2006, la Ley de Dependencia española sustituyó el término minusvalía por discapacidad.
Diferencias en el Entorno y Medición
Una de las principales diferencias entre incapacidad y discapacidad radica en el entorno en el que se producen. La incapacidad se refiere al entorno laboral, mientras que la discapacidad es un concepto más amplio que también afecta al aspecto personal y social de las personas.
Además, la medición de la incapacidad se hace por grados (parcial, total, temporal, permanente, absoluta o gran invalidez), mientras que la discapacidad se mide en porcentajes según el alcance que esta situación pueda llegar a tener.
Reconocimiento y Ayudas
El reconocimiento de la discapacidad se produce por parte del IMSERSO o los órganos competentes en materia de asuntos sociales de cada comunidad autónoma, mientras que el reconocimiento de incapacidad corresponde al Instituto Nacional de la Seguridad Social.
El reconocimiento de discapacidad puede conllevar ventajas laborales, fiscales y sociales, como reducciones en impuestos, deducciones para empresas que contratan a personas con discapacidad, y derechos prioritarios. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la discapacidad no supone automáticamente percibir una pensión, salvo que se tenga un porcentaje superior al 65%.
Por otro lado, la incapacidad permanente puede conllevar el cobro de una prestación económica.
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