La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y uno de los más sensibles a los cambios emocionales y físicos. El estrés y la tensión pueden afectarla de manera significativa, provocando problemas de piel como acne, eccemas, psoriasis, entre otros. Especialmente en épocas de exámenes y pruebas académicas, la ansiedad y la presión pueden llevar a una piel debilitada y vulnerable a patologías. Sin embargo, existen formas de proteger nuestra piel de los efectos negativos del estrés y mantenerla sana y radiante. En este artículo, exploraremos las formas en que el estrés y los exámenes afectan la piel y brindaremos consejos prácticos para mantener una piel saludable y resistente a la tensión.
La piel sensible: cómo el estrés y los exámenes afectan nuestra piel
La piel, un órgano sensible
Muchas personas ignoran que uno de los órganos que responde antes al estrés y de forma más intensa es la piel. En nuestra epidermis hay una serie de terminaciones nerviosas, llamadas Corpúsculos, que se ocupan de escanear y comprobar todo lo que nos rodea.
Los corpúsculos de Meissner detectan el tacto suave y el dolor. Los de Krause se ocupan del frío, los de Ruffini del estiramiento y el calor, los de Pacini de la presión y las vibraciones, y finalmente los de Merkel de la presión y el tacto sostenido.
La comunicación entre la piel y el cerebro
Toda esta información que detectan los corpúsculos es enviada al cerebro, que se ocupa de procesarla y tomar las medidas adecuadas. Si hace demasiado frío, el cerebro ordena que nos abriguemos o pone en marcha mecanismos para mantenernos calientes. Si algo afilado nos esta presionando, nos retiramos para que no nos hiera.
Además, cualquier actividad física y manual como escribir en un teclado, depende de que todos estos corpúsculos funcionen correctamente. Desde acariciar a un bebé a empuñar un arma con firmeza, todo depende de la precisión y de la interconexión entre las órdenes cerebrales y la acción de las terminaciones nerviosas en los músculos.
El estrés y su impacto en la piel
Pero todo este torrente de información que circula entre la piel y el cerebro, puede cortocircuitarse o alterarse. La vida sedentaria, la mala circulación y el estrés pueden ocasionar alteraciones y desafinar todo este complejo sistema.
¿Qué ocurre si se altera nuestro sistema sensorial? Bajan las defensas, y, por tanto, podemos contraer pequeñas infecciones como acné, caspa o infecciones víricas. Notaremos la piel más sensible, tensa y sensaciones de 'disconfort'. Y en general, la epidermis tendrá un aspecto envejecido y apagado.
La adolescencia y el estrés
La adolescencia es una época maravillosa por muchos aspectos, pero también complicado por otras. Por un lado, la capacidad de aprender y la enorme plasticidad del cerebro y el desarrollo corporal. Por otro lado, los cambios hormonales que ocasionan cambios de carácter, de comportamiento, caídas de defensa y una fuerte tendencia a la inestabilidad.
Por supuesto, las situaciones de estrés van a agravar este problema. El estrés libera cortisol, una substancia que a corto plazo nos puede salvar la vida en un momento de peligro. Al acelerar todas las funciones del cuerpo, como cuando a nuestros antepasados les atacaba un animal salvaje y había que correr a toda velocidad para salvar la vida, el cortisol aumenta la tensión, el ritmo del latido cardiaco y el aporte de oxígeno a los músculos.
Cómo prevenir las alteraciones en la piel
¿Qué podemos hacer para prevenir estas molestas alteraciones? En primer lugar, tenemos que cuidar la dieta, incrementando la proporción de verduras y alimentos frescos. Particularmente la zanahoria por su contenido en vitamina A y los cítricos por su riqueza en vitamina C.
Estos alimentos nos ayudarán a modular nuestras defensas, y así luchar con eficacia frente al estrés y las infecciones. Tenemos que reducir los estimulantes como el café, el te o la coca cola y el cacao, un asunto difícil en esta época de esfuerzo y tensión. Y también reducir la comida rápida por su alto contenido en grasas saturadas.
Cosméticos que nos ayudan a combatir el estrés en la piel
Afortunadamente contamos con una enorme batería de cosméticos que nos ayuda a combatir el estrés en la piel, ayudando a los jóvenes y adolescentes a que las semanas de tensión no supongan un deterioro, para su piel.
En primer lugar, es muy útil usar cremas que contengan activos como la raíz de regaliz o la canela por su efecto desengrasante, o vegetales como la mimosa, la caléndula o la rhodiola por su capacidad calmante. Una de las plantas más interesantes por su actividad comprobada y medible es la tephrosia purpurea porque aplicada a la epidermis reduce el cortisol en la piel.
Esta batería de productos conseguirá que el estrés y el cansancio no repercuta en la piel, y disfrutemos de unas vacaciones con una piel estupenda.
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