El obispo excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco, acoge a las monjas clarisas que han roto con el Vaticano

El obispo excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco, acoge a las monjas clarisas que han roto con el Vaticano

En un movimiento sin precedentes, el obispo excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco, ha decidido acoger a un grupo de monjas clarisas que han decidido romper con el Vaticano. Esta decisión histórica marca un giro radical en la relación entre la Iglesia Católica y las comunidades religiosas. Las monjas, que habían estado en desacuerdo con la jerarquía vaticana en cuanto a cuestiones de igualdad de género y reforma eclesiástica, han encontrado un nuevo hogar espiritual en la comunidad liderada por el obispo Rojas Sánchez-Franco. Esta noticia tiene el potencial de generar un impacto significativo en la forma en que se entienden las relaciones entre la Iglesia y las comunidades religiosas.

El 'Duque Imperial' Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado, apoya a monjas clarisas que abandonan la Iglesia Católica

Pablo de Rojas Sánchez-Franco, un hombre que se autodenomina Duque Imperial y Príncipe elector del Sacro Imperio Romano Germánico, y que se considera obispo a pesar de llevar un lustro excomulgado por la Iglesia Católica, ha acogido a las monjas clarisas de Belorado, que han roto con el Vaticano.

De Rojas Sánchez-Franco fundó la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli en 2005, una organización que se considera una suerte de Milicia Guerrera predestinada a sobresalir sobre todo lo existente. Desde entonces, ha difundido los estatutos dados por Monseñor Escrivá de Balaguer a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y al Opus Dei, escritos antes de que fueran reconocidos por el Papa Juan Pablo II, al que denominan hereje.

La Pía Unión Sancti Pauli Apostoli

La Pía Unión tiene su sede en Bilbao y desarrolla una actividad aparentemente católica, pero lejos de los actuales postulados de la Iglesia romana. Rechazan a cualquier papa desde Pío XII y no aceptan los cambios aprobados por la Iglesia desde entonces, sobre todo en la cuestión litúrgica. Además, en lo político, ha defendido la tradición carlista, considerando rey legítimo de España a Sixto Enrique de Borbón-Parma, pretendiente carlista.

En su web, se establece que quienes quieran ser sacerdotes de la Pía Unión tendrán que tener al menos una licenciatura universitaria y, como mínimo, un notable alto. Además, las sotanas deberán ser de las de antes: cuello y corte romano, calcetines negros para los clérigos y morados para los obispos y zapatos con hebilla plateada. Y por supuesto, está absolutamente prohibido combinar prendas no eclesiásticas con la sotana.

La vida de Pablo de Rojas Sánchez-Franco

Pablo de Rojas tiene poco más de cuarenta años: nació en Linares en 1981, en una familia de joyeros que más tarde dio paso a los negocios inmobiliarios. De su abuelo, que fue jefe provincial del Movimiento Nacional de 1948 a 1955, heredó su sentimiento franquista y desde que tenía uso de razón manifestó vocación sacerdotal, según la web de la organización religiosa.

Asistía con fervor y piedad a las Misas Tridentinas, lo que llevaría a pasar por varios seminarios tradicionalistas, hasta que fue ordenado presbítero (en 2005) y obispo (en 2006) por el antiguo jesuita Derek Schell (consagrado obispo en el Palmar de Troya en 1976). Sin embargo, afirma que no ha tenido nunca nada que ver con la secta del Palmar de Troya ni con otras.

La excomunión

Fue excomulgado en 2019 por incurrir en delito de cisma, por celebrar sacramentos en la diócesis sin poder hacerlo y por haber sido ordenado por Monseñor Wiliamson, un prelado perteneciente a la corriente cismática de Marcel Lefebvre, excomulgado también por la Iglesia de Roma.

La comunidad religiosa de Clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Vizcaya) ha decidido abandonar la Iglesia Católica para pasar a estar bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco y su llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, tras la persecución que, según denuncian, han sufrido por parte de la comunidad eclesiástica tras la decisión de Roma de bloquear su solicitud para poder vender un convento que tienen en propiedad.