El sistema electoral vasco se enfrenta a un escenario sin precedentes, con un reparto de escaños único en España que podría ser determinante en la contienda entre PNV y Bildu. Esta singular situación ha generado un gran interés y expectación en el ámbito político, ya que la distribución de escaños jugará un papel crucial en la conformación del próximo gobierno. Tanto el Partido Nacionalista Vasco (PNV) como Bildu se encuentran ante una oportunidad histórica para consolidar su posición en el panorama político vasco, lo que convierte este proceso electoral en uno de los más relevantes de los últimos tiempos. Sin duda, el desenlace de esta batalla por los escaños será seguido detenidamente tanto a nivel nacional como internacional.
PNV y EH Bildu se disputan el poder en elecciones vascas con sistema electoral peculiar
75 parlamentarios. Es es el número total de representantes que los vascos elegirán este domingo en las urnas, unos comicios que se esperan muy reñidos con PNV y EH Bildu a la cabeza de las encuestas y disputándose una posible victoria de las elecciones. Serán, en total, 25 los diputados que se elijan por cada circunscripción electoral, es decir, por cada provincia. Este número es fijo e independiente de la población que posea cada una de ellas, una condición que convierte por tanto al sistema electoral vasco en uno de los más peculiares.
Voto ponderado en el País Vasco: claves para entender las elecciones
Frente al resto de sistemas de otras regiones, el vasco es así el único que no varía su funcionamiento ni el número de escaños aunque la población en un determinado lugar haya crecido o disminuido. Los parlamentarios, de esta forma, siempre son los mismos: 25 por Álava, 25 por Guipúzcoa y los 25 restantes por Vizcaya.
El sistema electoral vasco, factor determinante en la contienda entre partidos
Para explicar esta singular condición hay que remontarse atrás en el tiempo, ya que esta excepción se debe a motivos históricos y políticos. La comunidad autónoma del País Vasco se configuró en su momento como una realidad confederal, es decir, una unión de sus tres territorios históricos, auténticos depositarios del autogobierno vasco a través de sus fueros.
Además de esta importante característica, la ley electoral vasca estableció también que debía darse un mínimo de un 5% de participación en una circunscripción para poder acceder al reparto de escaños. Esta norma fue, además, modificada en el año 2000 para rebajar este requisito hasta el 3%, el número vigente en la actualidad.
Un voto en Álava vale 3,6 veces más. Todas estas reglas convierten así al País Vasco en un tablero político donde el voto en una región pesa más que en otro. Y este domingo, esto podría ser lo que decante la balanza entonces hacia un partido u otro de cara a los resultados finales.
Para las elecciones de este domingo 21 de abril, el censo electoral cuenta con un total de 1.795.206 vascos que podrán ir a las urnas a ejercer su derecho al voto. De ellos, 945.874 son residentes en Vizcaya, 587.709 pertenecen a Guipúzcoa y 261.623 votarán en Álava. Por tanto, al repartir el mismo número de escaños en cada una, el voto de un alavés puede llegar a valer hasta 3,6 veces más que el de un vizcaíno en el resultado final.
Con estas condiciones, en las últimas semanas tanto PNV como EH Bildu son las dos formaciones que más pendientes parecen estar de estas características. Existen numerosas encuestas que auguran un empate técnico entre los dos partidos, o que pronostican una victoria del partido abertzale en escaños, pero no así en votos.
La influencia del sistema electoral vasco es por tanto bastante importante a la hora de determinar el ganador de unas elecciones. Si bien históricamente nunca ha incidido realmente en el resultado electoral, estas condiciones podrían ser especialmente relevantes este domingo.
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