La noticia sobre la separación de Iñaki Urdangarin de la Familia Real ha generado gran interés. Tras declararse divorciado y sin condenas, Urdangarin ha expresado su deseo de llevar una vida más discreta y convertirse en una persona anónima. Este hecho marca un nuevo capítulo en la vida del esposo de la Infanta Cristina, quien ha enfrentado un complicado proceso judicial en el pasado. La decisión de apartarse de la Familia Real refleja la voluntad de Urdangarin de buscar una vida alejada de los focos mediáticos y las controversias. Su declaración de querer ser una persona anónima contrasta con los años de atención pública que ha recibido. La noticia plantea interrogantes sobre el futuro del exduque de Palma y su búsqueda de una vida más tranquila y discreta.
Iñaki Urdangarin finaliza condena y busca una vida anónima tras separarse de la Familia Real
El pasado 15 de marzo, Iñaki Urdangarin recuperó su libertad tras cumplir la condena de cinco años y diez meses impuesta por la Audiencia de Palma de Mallorca por su participación en el Caso Nóos. El abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, mencionó que era una fecha esperada para su cliente y destacó que, debido a que ninguna pena superaba los tres años, deberán transcurrir tres años para solicitar la eliminación de sus antecedentes penales, apuntando a que podría hacerlo en 2027.
En una reciente entrevista con la revista Semana, Iñaki Urdangarin expresó su deseo de llevar una vida normal y alejada de los reflectores, tras su separación de la Familia Real. Estoy divorciado y ya no tengo ninguna condena. Quiero ser una persona normal, con una vida normal y disfrutar de mis hijos y de mi libertad, mencionó Urdangarin, dejando claro su intención de desvincularse de la Familia Real y llevar una vida tranquila y anónima.
En enero de 2022, tras casi 25 años de matrimonio, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina de Borbón anunciaron su separación, marcando así el inicio de una nueva etapa en la vida del exduque de Palma. Actualmente, a sus 56 años, reside en Vitoria junto a su pareja, Ainhoa Armentia, en un piso cercano al de su madre, Claire Libaert.
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