En el Mediterráneo, una región conocida por sus aguas cristalinas y su rica historia, existe una isla que ha sido objeto de deseo para varios países a lo largo de la historia. Esta 'isla fantasma', como se la conoció, ha sido escenario de conflictos y disputas territoriales que han marcado su pasado. Sin embargo, lo que comenzó como una lucha por la soberanía terminó en una tragedia. La isla fue bombardeada en un incidente que conmocionó al mundo, después de que fuerzas militares la confundieran con un submarino libio. A continuación, te invitamos a descubrir la fascinante historia detrás de esta isla misteriosa.
La Isla Fantasma de Ferdinandea: Una Historia de Apariciones y Desapariciones
La expresión ojos que no ven, corazón que no siente no se aplica a la isla de Ferdinandea, una isla volcánica sumergida a 200 metros de profundidad en el Mediterráneo. A lo largo de su historia, Ferdinandea ha aparecido y desaparecido en varias ocasiones, suscitando disputas por su conquista y despertando la curiosidad sobre las razones de su existencia.
La Historia de Ferdinandea
En el siglo III a.C., Cartago y Roma luchaban en la isla de Sicilia por la supremacía en las guerras púnicas. Mientras tanto, a solo 30 km al sur de Sicilia, se erguía Ferdinandea, una isla volcánica que emergía del mar. Se trataba de un pedazo de Empédocles, un volcán submarino cuya cima se encuentra actualmente a solo 5 metros por debajo de la superficie del mar.
Aunque no fue la primera vez que esta isla emergió del agua, con el tiempo, la erosión hizo que este pedazo de tierra salvaje se ocultase durante siglos. Sin embargo, el 11 de julio de 1831, unos marineros observaron cómo, entre las olas del Mediterráneo, emergía una columna de humo que provenía de una superficie rocosa. Efectivamente, Ferdinandea estaba despertando.
Una Isla en Disputa
Muy pronto, comenzaron las disputas por la soberanía de aquel pedazo de tierra volcánica. Gran Bretaña, que controlaba la isla de Malta, fue la primera nación que reivindicó su soberanía, denominándola Isla Graham y clavando una bandera en la isla. La respuesta de Fernando II de Borbón, rey de las Dos Sicilias, no tardó en llegar: envió varios navíos para contestar a esa reivindicación, denominándola Isla Ferdinandea.
Francia también se sumó a la disputa, plantando la bandera francesa sobre la isla y denominándola Isla Julia. Sin embargo, el final de aquella disputa estaba más cerca de lo que los gobernantes sospechaban. Cuando en diciembre de ese mismo año los navíos británicos volvieron a la isla, no encontraron ni rastro de ella: el volcán había vuelto a descender bajo la superficie, tragándose las banderas de todos los que habían querido conquistarlo.
Sus Últimos Suspiros
En 1925, la cima de Ferdinandea descendió hasta los 25 metros bajo el nivel del mar. Años más tarde, en los 80, un avión estadounidense bombardeó el volcán al tomarlo por un submarino libio. En 2002, un aumento de la actividad sísmica en la zona de Ferdinandea condujo a los vulcanólogos a especular sobre una eventual erupción y una reaparición de la isla, sin embargo, a día de hoy está descartada.
Hoy en día, Ferdinandea es un banco submarino conocido en la cartografía internacional como Banco Graham, ubicado a 24 millas náuticas al noreste de Panteleria.
En Boca de Grandes Escritores
Mientras existió, la isla de Ferdinandea recibió la visita de numerosos científicos de diferentes países. También de escritores como Walter Scott y James Fenimore Cooper (El cráter), Alejandro Dumas (Le Spéronare) o Julio Verne (Las grandiosas aventuras del maestro Antifer, El Canciller y Los hijos del capitán Grant).
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