La misteriosa región de Friesland, donde un idioma propio y un pasado náutico marcan la diferencia en los Países Bajos

En el norte de los Países Bajos, hay una región que llama la atención por su singularidad y riqueza cultural. Friesland, una provincia ubicada en la costa del mar del Norte, es un lugar que se caracteriza por su idioma propio, el frisón, y un pasado náutico que ha moldeado la identidad de sus habitantes. A pesar de ser una región relativamente pequeña, Friesland es un mundo aparte, con una historia y tradiciones que la diferencian del resto del país. En este sentido, es una zona que merece ser descubierta y explorada, ya que su misterio y fascinación son solo el comienzo de una aventura que nos llevará a través de la historia y la cultura de esta región única.

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Descubre la extraña y encantadora región de Friesland, donde la cultura y la naturaleza se fusionan en un viaje único

El país de los tulipanes cuenta con un patrimonio cultural e histórico que atrae cada año a millones de viajeros, muchos de ellos con destino a ciudades tan turísticas como Ámsterdam o Róterdam. Pero si te fascina la naturaleza salvaje, explorando los Países Bajos podrás encontrarte también con grandes sorpresas. En una escapada fuera de España te animamos a descubrir la región de Frisia.

Qué visitar en Frisia

Qué visitar en Frisia

Famosa por sus lagos y espectaculares paisajes, en esta zona costera tampoco echarás de menos los tradicionales molinos ni las vacas (por supuesto frisonas). Prepárate a descubrir todos los encantos de la única región de Holanda que cuenta con una segunda lengua oficial. Pero además del idioma frisio, descubrirás que sus habitantes tienen un carácter muy distinto al del resto de holandeses. De origen germano, mantienen su idioma, tradiciones e incluso cuentan con vestimentas propias.

Leeuwarden, la ciudad de la espía más famosa de la historia

La capital de la provincia de Friesland se encuentra a tan solo dos horas en tren desde Ámsterdam y tiene en los lagos y canales su principal seña de identidad. Te animamos a que descubras con calma la ciudad donde nació Mata Hari, y mejor en bicicleta, al más puro estilo holandés. En el casco antiguo seguro que no pasarás por alto la curiosa torre Oldehove, del siglo XVI, llama la atención por encontrarse totalmente inclinada.

Pero además, Leeuwarden cuenta con excelentes museos, como el Fries Museum, que se encuentra en la plaza principal Zaailand, y el Keramiek Princessehof, con interesantes colecciones de cerámicas y azulejos de todo el mundo. Y entre museo y museo, recuerda que Leeuwarden es una de las encantadoras ciudades holandesas que hacen de sus animados cafés uno de sus rincones favoritos.

Uno de los pueblos más bonitos de Holanda

Si quieres saber lo que se siente llevando una vida tranquila, en Hindeloopen encontrarás la respuesta. Situado a orillas del lago Ijsselmeer, este pueblo de canales llenos de flores y estrechas calles adoquinadas, tiene en los barcos su principal medio de transporte. Un destino costero y rural que está considerado como uno de los pueblos más bonitos de todo el país.

Un espacio natural único en el mundo

Agua por todas partes y espacios naturales únicos aportan a este destino un atractivo muy especial. Entre las Islas Frisias y tierra firme se encuentran las marismas de Waddenzee. Se trata del humedal continuo más grande del mundo y está catalogado como Patrimonio Mundial por la Unesco por la diversidad y riqueza de su ecosistema. Y lo mejor, podrás andar por las marismas (wadlopen), una experiencia única que solo se puede realizar en un par de lugares en el mundo.

Las islas Frisias

Buena parte del atractivo de este destino se lo debe a sus islas (Texel, Terschelling, Ameland, Vlieland y Schiermonnikoog) catalogadas como uno de los últimos lugares vírgenes de Europa. Situadas en el norte de los Países Bajos, en el Mar de las Wadden, las islas Frisias se encuentran en un espacio natural declarado Patrimonio de la Humanidad y son perfectas para poner el broche de oro al viaje.

La paradisíaca isla de Schiermonnikoog

Si no tienes tiempo para visitarlas todas y tienes que elegir, la isla de Schiermonnikoog, con sus 16 kilómetros de largo y 4 de ancho, es una elección perfecta. Te resultará uno de esos lugares inesperados que convierten unas vacaciones en únicas. La naturaleza y las bicicletas son las protagonistas de esta pequeña joya de los Países Bajos. Por supuesto ayuda que la isla es plana, con lo que se puede recorrer sobre dos ruedas con facilidad aunque no se sea un buen deportista. Los paisajes con largas playas de arena, dunas y pinares son realmente espectaculares. También cuenta con numerosos puestos de observación ornitológica. Por cierto, que en esta isla, al igual que sucede en la de Vlieland, está prohibido utilizar en coche, a excepción de los residentes.

Patricia Martínez

Hola, soy Patricia, autora en El Noticiero. Me apasiona compartir las noticias más relevantes de actualidad, tanto a nivel nacional como internacional. Mi compromiso con la objetividad y la rigurosidad en la información es mi principal prioridad. ¡Te invito a descubrir las últimas novedades junto a mí en este periódico independiente!

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