La singular historia de un médico que abandonó el hábito de ducharse y descubre los impactos sorprendentes que tiene sobre su piel
En un experimento inédito, un médico decidió abandonar por completo el hábito de ducharse, lo que puede parecer un acto de hygiene personal cuestionable. Sin embargo, lo que comenzó como una investigación científica sobre los efectos del aseo en la piel terminó siendo una sorprendente revelación que cambió por completo su perspectiva sobre la higiene personal. A medida que pasaban los días, el médico comenzó a notar impactos significativos en su piel, algunos de los cuales pueden considerarse beneficiosos, mientras que otros son preocupantes. ¿Qué pasó exactamente? ¿Cuáles fueron los resultados de este inusual experimento? A continuación, te contamos la singular historia de este médico que decidió romper con la rutina de ducharse diariamente.
¿Ducha diaria obligatoria? Un médico de Harvard descubre los sorprendentes efectos de dejar de ducharse
La presión por maximizar la higiene de piel y cabello se ha disparado en los últimos años. Ducharse se estandarizó hace décadas como una parte más de la rutina diaria, especialmente para la clase trabajadora. Sin embargo, un especialista en Medicina Preventiva de Harvard, James Hamblin, se está rebelando frente a este hábito desde 2015.
Un experimento controvertido: Hamblin ha decidido dejar de ducharse durante varios días, lo que puede parecer complicado al pensar en compartir espacios de trabajo con otra gente. ¿Oleré? ¿Me verán el pelo sucio? ¿Qué pensarán.? Sin embargo, como profesor en Harvard, Hamblin convive con muchas personas en su día a día, lo que hace que su experimento sea aún más chocante.
Hamblin lleva nueve años sin ducharse (desde 2015) y ha documentado los efectos en su libro Clean: The new science of skin and the beauty of doing less (Limpio: la nueva ciencia de la piel y la belleza de hacer menos). Aunque no se ducha, sí realiza ciertos lavados, como el de manos, con jabón apropiado para ello.
La adaptación de la piel
Hamblin inició este proceso de forma gradual, espaciando los días en que se duchaba y el uso de productos. Según él, la piel busca su propio reequilibrio una vez que se dejan de utilizar los jabones fuertes: aceites y microbios de la piel se estabilizan poco a poco.
El mito del olor: el mayor temor que puede surgir ante la idea de no ducharse, según Hamblin, procede de los productos que utilizamos, ya que alteran el equilibrio de bacterias y microbios que se alimentan de las secreciones de las glándulas sebáceas. La obsesión por eliminar esos microbios, dice Hamblin, no está muy justificada porque son necesarios para la piel.
Rutinas de higiene
Un experto en Medicina Preventiva no realizaría este experimento para poner en riesgo su salud. De ahí que Hamblin lleve a cabo ciertas rutinas que mantienen su buen estado general, y que pasan por:
- Lavado de manos, pero solo con jabón de manos.
- Higiene bucal con pasta dental.
- Limpieza corporal selectiva con jabón.
- Humedecer el cabello, sin champú ni acondicionador.
La experiencia de Hamblin puede ser sorprendente, pero también puede ser un llamado de atención para reevaluar nuestros hábitos de higiene y cuidado personal.
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