En el programa de citas a ciegas First Dates, Laura Boado vivió una experiencia inolvidable. La popular presentadora de televisión se atrevió a participar en el programa de citas, donde se reunió con un joven llamado Juan. La cita comenzó con gran expectación, pero pronto se convirtió en una situación incómoda. El joven, sin tapujos, le dijo a Laura que Eres más guapa en la tele, pero no en la vida, frase que sorprendió a la propia Laura y a todos los espectadores. A continuación, te contamos cómo fue la cita y qué sucedió después de ese comentario.
La verdad a la cara: Rosa critica a Laura Boado en 'First Dates' por su apariencia en la tele
En el programa de citas 'First Dates', emitido por Cuatro, una comensal llamada Rosa sorprendió a la presentadora Laura Boado con un comentario inesperado sobre su apariencia en la televisión.
Rosa se presentó como una persona alegre, positiva, optimista, espontánea. me gusta animar, pero pronto se dio cuenta de que había cometido un error al decirle a Laura Boado: Eres más guapa en la tele.
Inmediatamente, Rosa se corrigió: No, que eres más guapa aquí que en la tele. Laura Boado, con risas, le contestó que podía darse la otra circunstancia.
La presentadora gallega añadió: La tele no me hace justicia. Rosa, intentando justificar su error, le confesó que no me pienso mucho las cosas..
La comensal granadina sacó una bolsa que contenía un vino y explicó que era para su cita porque no me gusta ir a los sitios con las manos vacías. También destacó que me gustaría que mi cita fuera un tipo como yo.
Rosa y Alberto, una cita poco convencional
Su cita fue Alberto, un entrenador personal que se describe a sí mismo como alegre, positivo, que no me vengan con quejas ni malos rollos. Busco una relación estable..
Rosa se sorprendió al ver a Alberto y comentó: Alberto está muy cuadrado, está buenísimo, está para parar un tren. También le dijo que le sonaba su cara, pero no supo explicar de qué.
Alberto se sorprendió al ver que Rosa le había llevado una botella de vino de regalo, algo que le encantaba. Sin embargo, reconoció que no es el tipo de mujer que me podría gustar. A mí me gustan las chicas más jóvenes y trabajadas en el gimnasio.
La cena fue un momento divertido, con Rosa y Alberto hablando de sus gustos y deporte. Sin embargo, en un momento de la velada, Alberto le pidió a Rosa que se subiera encima de él para hacer flexiones. Lo que no se esperaba el entrenador es que, con la granadina encima, no poder hacer ninguna flexión, quedándose un poco frustrado pese a presumir de fuerza.
Al final, Rosa no quiso tener una segunda cita con Alberto porque no he sentido ese feeling para tener algo más. El entrenador, por su parte, coincidió con ella en no volver a quedar: No somos iguales.
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