En un mundo donde la raza y la pureza de sangre parecen ser lo más importante, six perros mestizos nos demuestran que el amor y la lealtad no tienen límites. Gina, Rayo, India, Tass, Brando y Sara, son los nombres de estos héroes caninos que nos enseñan que lo que verdaderamente importa es el amor y la conexión que se establece entre seres vivos. Estos perros, que no tienen un pedigree que los haga especiales según los estándares humanos, nos muestran que la amistad y el cariño pueden surgir en cualquier lugar y en cualquier momento. A través de sus historias, descubriremos que la pureza de corazón es lo que verdaderamente hace que un perro sea especial, no su raza o ascendencia.
- Los perros mestizos son iguales: Gina, Rayo, India, Tass, Brando y Sara nos enseñan que el amor es lo que cuenta
- La adopción de perros mestizos: un camino lleno de amor y compromiso
- Descubriendo el poder del amor: la historia de Gina y Rayo, dos perros sin raza
- La raza no es relevante: los perros mestizos luchan por ser amados y cuidados
- Un hogar es un hogar con amor: la historia de India, un perro mestizo que encuentra su hogar
- El amor tiene no raza: la historia de Simone y sus perros mestizos, Tass y Brando
Los perros mestizos son iguales: Gina, Rayo, India, Tass, Brando y Sara nos enseñan que el amor es lo que cuenta
Los perros sin raza, conocidos como mestizos, mil leches e incluso chuchos ocupan las protectoras de animales y refugios en su mayoría. Por lo tanto, no es de extrañar que, cada vez más, en los hogares convivamos con un perro sin raza.
La adopción de perros mestizos: un camino lleno de amor y compromiso
En este sentido, la adopción de perros mestizos es una excelente opción para aquellos que desean tener un compañero de vida. Y es que, cada vez más, las personas optan por adoptar perros sin raza en lugar de comprar perros de raza.
Descubriendo el poder del amor: la historia de Gina y Rayo, dos perros sin raza
Lucía Uguina, una joven que adoptó a Gina y Rayo, dos perros mestizos, nos cuenta su experiencia. Acababa de fallecer mi abuela y mi madre estaba pasando por una depresión muy fuerte. Como siempre habíamos tenido un peludo en la familia, decidimos adoptar una perrita.
La historia de Gina y Rayo es un ejemplo de que el amor y la dedicación pueden cambiar la vida de un perro. A pesar de que Gina y Rayo tenían un pasado complicado, con ansiedad y agresividad, la familia de Lucía Uguina los acogió con amor y paciencia.
La raza no es relevante: los perros mestizos luchan por ser amados y cuidados
La adopción de perros mestizos es una opción que cada vez más personas consideran. Y es que, al fin y al cabo, el amor y la dedicación que se les brinda a estos perros es lo que verdaderamente importa.
Un hogar es un hogar con amor: la historia de India, un perro mestizo que encuentra su hogar
Sara Romón, otra persona que adoptó un perro mestizo, nos cuenta su experiencia con India, una perra que fue maltratada y abandonada en un portal. Era una perra que se hacía pis encima al ver a cualquier humano, con pánico a las personas, a cualquier voz un poco alta y a todos los gestos que pudieras hacer con las manos.
Gracias a la dedicación y amor de Sara, India se convirtió en una perra cariñosa y juguetona. Es una perra a la que le cuesta coger confianza pero que, una vez la tiene, es muy divertida.
El amor tiene no raza: la historia de Simone y sus perros mestizos, Tass y Brando
Simone Silva, una médica forense, adoptó a Tass, una perra mestiza negra de diez años que llevaba más de cinco en el refugio. Era una perrita mestiza negra de diez años que llevaba más de cinco en el refugio, recuerda.
Tras la pérdida de Tass, Simone decidió adoptar a Brando, un perrito mestizo de once años de edad. Vi a Brando en Facebook, un perrito de tamaño pequeño y de once añitos de edad, mestizo de Pequinés, relata.
Y, más tarde, Simone conoció a Sara, una perrita mestiza negrita de tamaño mediano y diez años cuyo dueño había fallecido. Hablé con el refugio para adoptarla si aprobaba la oposición (y seguía en adopción) y ha resultado ser la adopción más compleja, porque tiene muchos traumas y miedo a las personas.
Simone y Dionisio, su amigo y ayudante, están trabajando con un terapeuta para romper los traumas de Sara y ganar confianza. Somos una familia diferente de las tradicionales pero llena de amor.
Estas historias nos enseñan que el amor y la dedicación pueden cambiar la vida de un perro. Y es que, al fin y al cabo, el amor no tiene raza.
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