No habría nombre más revelador que 'Sarco', el dispositivo que podría revolucionar el suicidio asistido en Suiza. El 'Tesla del suicidio' utiliza hipo

En el corazón de Europa, Suiza se encuentra al borde de una revolución en cuanto al suicidio asistido se refiere. Un dispositivo llamado Sarco, apodado como el Tesla del suicidio, ha generado un gran debate en el país helvético. Este innovador artefacto utiliza hipoxia por nitrógeno para permitir a las personas con enfermedades terminales o discapacidades graves tomar el control de su propia vida. Aunque su aprobación es aún objeto de discusión, el posible impacto de Sarco en la legislación y la moralidad suiza es innegable. ¿Será este dispositivo el futuro del suicidio asistido en Suiza?

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Sarco, el dispositivo que revoluciona el suicidio asistido en Suiza

Una máquina para morir. para matarse. Se llama Sarco (abreviatura de sarcófago) y fue inventada por el activista proeutanasia australiano Philip Nitschke y el ingeniero holandés Alex Bannink. Utiliza la hipoxia con nitrógeno, el mismo método que ya ha sido probado en Estados Unidos para ejecutar a condenados a muerte.

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La 'máquina suicida' de Philip Nitschke genera controversia en Suiza

Ya hablamos de Sarco hace seis años cuando fue presentada y algunos la calificaron del Tesla del suicidio asistido. La persona que quiere morir presiona el botón y la cápsula se llena de nitrógeno. Entonces se sentirá un poco mareado, pero luego perderá rápidamente la conciencia y morirá, explicaba entonces Nitschke el funcionamiento de su invento.

Pero hasta hoy, que se sepa, nadie ha utilizado la máquina para quitarse la vida. La noticia está en que desde principios de julio circulan noticias de que Suiza podría ser el primer país donde sea puesta en funcionamiento. Pese a que el helvético es un país tolerante con la eutanasia, la posibilidad de que puedan estrenar Sarco ha generado dudas, protestas y hasta vetos.

Sarco, el 'Tesla del suicidio' que utiliza hipoxia por nitrógeno

Dentro de un par de semanas o meses, una nueva asociación surgida para promocionar esta cápsula en Suiza, The Last Resort, dio este mes una rueda de prensa para informar en Suiza del controvertido aparato. Confirmaron que se habían puesto en contacto con varios cantones para desplegar la cápsula, pero no dieron más detalles.

Realmente no queremos que el deseo de una persona de morir en paz en Suiza se convierta en un circo mediático. Es muy poco ético, aseguró Fiona Stewart, miembro fundador de The Last Resort. Sólo dijo que sería este año.

La polémica máquina para morir: ¿duele la hipoxia con hidrógeno?

Cómo funciona Sarco: Sarco es un receptáculo de líneas aerodinámicas. La tapa es transparente para que la persona decidida a dejar este mundo pueda ver el exterior en sus últimos momentos. Provoca la muerte por hipoxia de nitrógeno. Presionando un botón, se expulsa en el interior de la cápsula gas nitrógeno que hace que el nivel de oxígeno descienda del 21% al 0,05% en menos de 30 segundos.

La persona se va adormeciendo hasta fallecer por asfixia, una muerte según su inventor agradable y sin dolor. Según Nitschke, la persona pierde el conocimiento tras dos respiraciones y muere sin sufrir en unos cinco minutos. El contenido de oxígeno de la cápsula y la frecuencia cardíaca de la persona pueden controlarse a distancia, declaró a los medios de comunicación en Zúrich.

Condiciones y precio

Según la organización, podrán utilizar la cápsula Sarco las personas mayores de 50 años que estén mentalmente sanas. No obstante, también podría ponerse a disposición de personas más jóvenes con enfermedades incurables. Al parecer están diseñando una versión de dos plazas para aquellas parejas que quieran fallecer juntas.

El proyecto, que se inició en 2012, ya les ha costado unos 600.000 francos suizos (626.000 euros). La impresión en 3D de una cápsula cuesta unos 15.000 francos suizos (15.650 euros). Como está pensada para ser accesible a todo el mundo, independientemente de sus medios, Stewart asegura que su uso es gratuito. O casi: el usuario solo pagaría el nitrógeno necesario, unos 18 euros por viaje.

Prohibición temporal de utilizar Sarco

Pero aunque no se ha confirmado ni quién, ni cuándo, las autoridades ya se han movilizado. Primero fue el cantón de Schaffhausen, que amenazó con emprender acciones penales, y luego el cantón de Valais. El jefe médico de este último impuso a mediados de mes una prohibición temporal de utilizar Sarco.

Aseguran desde The Last Resort que no les mueve el dinero sino razones humanitarias. Argumentan que usar Sarco no requeriría ninguna autorización especial en Suiza.

Las condiciones de la muerte asistida en Suiza

Al país helvético viajan personas de otros países para someterse a suicidio asistido. Las reformas efectuadas en 1942 en el código penal dejaron de considerar el suicidio asistido como un delito en el país. Pero esta renuncia a la vida tiene regulaciones específicas y para que sea legal hay que cumplir dos condiciones.

Por un lado, la persona debe demostrar capacidad de discernimiento. Tiene que probar que la decisión haya sido muy reflexionada y no producto de un impulso, y que nadie ejerza una influencia indebida sobre ella. Además, debe ser evaluada por especialistas médicos que confirmen que está aquejada de un grave sufrimiento sin perspectivas de mejora.

El problema de no necesitar a un tercero

El quiz de la cuestión está para muchos en que la nueva máquina puede acabar con la intervención de terceros. Por eso Exit Switzerland, la asociación suiza más conocida para el suicidio asistido, ha expresado sus dudas sobre la conveniencia de usar Sarco.

Según ellos, la cápsula para morir podría no ser viable en Suiza teniendo en cuenta que ya no se requeriría asistencia alguna y una persona por sí sola podría dejarse morir sin evaluación exterior.

¿Duele la hipoxia con hidrógeno?

Pero, ¿duele usar Sarco? El otro debate en torno a la cápsula de Nitschke descansa en el hecho de que utiliza la hipoxia con hidrógeno, un método que también este año ha sido probado por primera vez en ejecuciones en Estados Unidos y no está exento de controversia.

Frente a sus promotores, que defienden que es una forma indolora de morir, hay quienes aseguran que la persona sufre antes del fallecimiento, como al parecer ocurrió con un ejecutado en Estados Unidos cuya agonía se prolongó varios minutos.

Sara Ortega

Soy Sara, redactora de la página web El Noticiero. En este periódico independiente de actualidad nacional e internacional, me dedico a investigar y redactar las últimas novedades con la más rigurosa objetividad. Mi pasión por el periodismo me impulsa a ofrecer a nuestros lectores información veraz y completa, manteniendo siempre la ética y el compromiso con la verdad. ¡Es un honor para mí formar parte de este equipo y contribuir a mantener a nuestros lectores informados de manera imparcial y profesional!

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