Un nuevo estudio ha generado una gran preocupación entre la comunidad de conductores y pasajeros, ya que ha revelado la presencia de posibles carcinógenos en el aire interior de los vehículos. Según los resultados del estudio, el aire que se respira dentro de los vehículos puede contener sustancias químicas que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades. Esto ha llevado a una gran inquietud entre los conductores y pasajeros, que se preguntan sobre la seguridad de su salud al conducir o viajar en vehículos. A continuación, se presentarán los detalles del estudio y las implicaciones que conlleva esta preocupante revelación.
Contaminación en el aire: ¿Los coches están generando un riesgo para nuestra salud?
En España, se prevé que se produzcan más de 280.000 diagnósticos de cáncer en 2024, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica. La incidencia del cáncer aumenta año tras año, en parte debido al crecimiento poblacional y el envejecimiento, pero también por la exposición a ciertos factores de riesgo.
Entre los carcinógenos más conocidos se encuentran los presentes en el tabaco, el consumo de alcohol y ciertos productos de carne. Ahora, un estudio publicado en la revista académica Environmental Science & Technology ha encontrado que el aire del interior de ciertos coches fabricados en el año 2015 y posteriores está contaminado con retardantes de llama, sustancias que pueden ser carcinógenas.
Retardantes de llama en el interior de los coches
Para realizar este estudio, los autores reclutaron a 101 ciudadanos de los Estados Unidos que tenían coches con año de modelo 2015 o posterior y les pidieron que colgasen de su espejo retrovisor durante siete días un dispositivo de silicona que tomaba muestras de sustancias en el aire pasivamente.
Los resultados mostraron que en el aire de estos vehículos había una cantidad significativa de ciertos retardantes de llama, como esteres de organofosfato, que se emplean en la fabricación de objetos de plástico para alterar algunas de sus propiedades físicas. Esto resulta lógico, si tenemos en cuenta la gran cantidad de objetos de plástico que se usan en el interior de los vehículos, y viene a confirmar que cuanto más nos rodeemos de plástico, mayor será nuestra exposición a estas sustancias.
Concretamente, los investigadores encontraron que en un 99% de los casos se detectó un producto llamado TCIPP, que se ha asociado a carcinogénesis en roedores.
Un riesgo por confirmar y cómo reducirlo
Aunque todavía hay que esperar a más estudios que confirmen de manera definitiva que estas clases de retardantes de la llama resultan efectivamente carcinogénicos para los seres humanos, descubrimientos como este elevan los motivos de preocupación sobre nuestra exposición a este tipo de productos.
No obstante, ya podemos tomar medidas para reducir posibles daños. Por ejemplo, la ventilación del coche, especialmente durante los calurosos meses de verano, podría resultar fundamental para disminuir la exposición. Igualmente, aquellos modelos que permitan emplear aire exterior en la climatización podrían contribuir a ello.
Con el tiempo, y teniendo en cuenta los millones de personas que usan coches de manera diaria en todo el mundo, es posible que estudios estadísticos puedan arrojar más luz sobre la relación entre el aire en el interior de los vehículos y procesos cancerígenos o, incluso, que los descubrimientos sobre la cuestión conduzcan a nuevas regulaciones sobre materiales para reducir cada vez más nuestra exposición a elementos dañinos.
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