En un lamentable suceso que ha conmocionado a la comunidad de Ciudad Rodrigo, una vaca recién parida fue brutalmente atacada por una bandada de 200 buitres, dejando al descubierto la vulnerabilidad de los animales ante la voracidad de estas aves carroñeras. La dueña del animal relató con estremecedora precisión el momento en que la vaca, con mirada de angustia, parecía aceptar su fatal destino. Este incidente pone de manifiesto la importancia de proteger y cuidar a los animales de posibles depredadores, así como la necesidad de concienciar sobre la convivencia respetuosa entre especies en nuestro entorno.
Bandada de buitres ataca y mata a vaca recién parida en Ciudad Rodrigo
Una trágica situación ha conmocionado a la localidad salmantina de Pedro Toro, perteneciente al municipio de Ciudad Rodrigo, donde una bandada de aproximadamente 200 buitres ha protagonizado un desgarrador suceso. La víctima de este ataque ha sido una vaca recién parida, cuyo dueño, el ganadero Saturnino Benito, ha sido testigo de la cruel escena.
Según el relato proporcionado por la organización agraria Asaja, los hechos tuvieron lugar en la mañana del 20 de abril. Saturnino Benito, propietario de la vaca, se vio obligado a ausentarse brevemente de su finca para regresar a su hogar y tomar un merecido descanso. Sin embargo, al retornar a la explotación, se encontró con una escena desoladora: alrededor de 200 buitres atacando a su animal, que había dado a luz a un ternero la noche anterior. La vaca, que momentos antes se hallaba en perfecto estado, yacía destrozada por el brutal ataque de las aves carroñeras.
Ante la angustiante situación, Saturnino Benito solicitó la intervención del servicio de Seprona de la Guardia Civil y del técnico de Medio Ambiente, quienes acudieron al lugar de los hechos de manera inmediata. En un acto de profundo pesar, el ganadero expresó que al ver la mirada de su vaca y la del ternero, comprendió que la muerte era inminente para el animal.
Este desgarrador suceso ha dejado una profunda huella en Saturnino, quien lamentó la impotencia de presenciar la muerte de sus animales, una situación que causa un profundo dolor a los ganaderos. Posteriormente, se vio en la necesidad de ordeñar a la vaca para que el ternero recién nacido pudiera recibir los calostros frescos necesarios para su supervivencia.
Ante esta situación, la escisión salmantina de Asaja ha interpelado a las autoridades competentes, instando a la Junta de Castilla y León a tomar medidas urgentes para prevenir futuros ataques de esta naturaleza. La organización agraria ha hecho hincapié en que no deben ser los ganaderos quienes asuman los costes derivados de estos sucesos, sino que es responsabilidad de la Administración velar por la protección de los animales y compensar los daños ocasionados por estos ataques.
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