- La lucha contra la delincuencia juvenil: un tema de gran importancia
- La violencia juvenil en España: Cómo las bandas latinas marcan territorios y generan miedo
- La estructura jerárquica de las bandas
- Perfil de los integrantes de las bandas
- Vías de financiación y actividades ilícitas
- La normalización de la violencia en España
La lucha contra la delincuencia juvenil: un tema de gran importancia
En Latinoamérica, la delincuencia juvenil es un problema que preocupa a las autoridades y a la sociedad en general. La captura de menores inimputables por parte de bandas criminales es un tema que requiere atención inmediata y medidas efectivas para prevenir esta situación. En este sentido, es fundamental reconocer la gravedad del problema y unir esfuerzos para encontrar soluciones que protejan a los jóvenes y garanticen su seguridad.
La violencia juvenil en España: Cómo las bandas latinas marcan territorios y generan miedo
Las bandas latinas marcan con simbología su territorio. Cercan determinados barrios y transforman esquinas, tiendas o paradas de metro en auténticas fronteras. Una incursión en zona enemiga es interpretada como una provocación y la respuesta puede ser la muerte.
Según la principal línea de investigación, esta sería la razón del tiroteo producido el pasado 2 de julio en una pizzería del madrileño Paseo de las Delicias, en Arganzuela. Es el reflejo de la banalidad de la violencia que subyace a la rivalidad entre dos bandas en auge, Trinitarios y Dominican Don’t Play.
Son cada vez más salvajes, apuntan a menores, y la sensación de impunidad es tal, que ni siquiera se tapan el rostro para cometer las agresiones. Sus bases principales son Madrid y Barcelona, aunque en Zaragoza se está observando una voluntad de crecimiento.
La estructura jerárquica de las bandas
Los Trinitarios y los Dominican Don’t Play han tomado fuerza, seguidos por los Forty Two y los Blood. Son los grupos de referencia y controlan agrupaciones más reducidas llamadas capítulos o coros.
Todos se organizan bajo una estructura jerárquica, con reparto de funciones, códigos de conducta, lenguaje propio y vestimenta acorde. Al líder le sigue un secretario, el tesorero, jefes de guerra y soldados.
Perfil de los integrantes de las bandas
El perfil ha variado con los años. La mayor parte son dominicanos, colombianos, puertorriqueños o ecuatorianos, aunque también se adhieren españoles y, en el caso de los Bloods, la gran mayoría procedería del Magreb.
Las edades oscilan, desde adolescentes hasta treintañeros. Ingresos bajos, desarraigo, conducta antisocial, necesidad de pertenencia al grupo e identidad. Son los rasgos habituales de toda agrupación de delincuencia juvenil y comparten, de hecho, ciertos rasgos de personalidad con los integrantes de algunos grupos terroristas.
Vías de financiación y actividades ilícitas
Como vías de financiación usan el tráfico de drogas, robos y, esto es novedad, estafas online, telefónicas y hackeos. Preocupa la prostitución. Algunas chicas, para pagar las cuotas de pertenencia a la banda o para asegurarse su protección, caen en redes de explotación sexual.
Ni atisbo de moral. Sus técnicas internas emulan las de los narcos latinos. El desacato o la desobediencia se castiga a base de golpes y tablazos. En casos de disidencia, se marca una X en la piel a navajazos.
La normalización de la violencia en España
La normalización de la violencia en edades tempranas marca las conductas futuras. Según el Observatorio de Bandas Latinas en España, uno de cada tres profesores encuestados afirma tener pandilleros en sus centros, y nueve de cada diez creen que el problema ha aumentado.
Los futuros criminales se encuentran en los colegios e institutos, y tienen entre 10 y 14 años. Son todavía niños, sin una correcta educación. Una mayor concienciación en los centros podría despertarlos. Mientras la policía procede a la detención de sus cabecillas, se precisa una simultánea contención del mensaje.
La educación, siempre, es la clave.
Biografía de la autora: Carmen Corazzini estudió periodismo y Comunicación Audiovisual. Se especializó con un máster en 'Estudios Avanzados en Terrorismo: análisis y estrategias' y otro en 'Criminología, Victimología y Delincuencia'.
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