En una decisión sin precedentes, un individuo fue absuelto de cargos por conducir ebrio al demostrar padecer síndrome de autofermentación. El caso, que ha generado gran controversia, tuvo lugar en la ciudad de Madrid y ha abierto un debate sobre la responsabilidad penal en casos donde factores médicos influyen en la conducta de una persona. El acusado presentó pruebas médicas que demostraban su condición de síndrome de autofermentación, un trastorno poco común que provoca la producción de alcohol en el propio cuerpo. Esta decisión judicial ha generado un intenso debate entre expertos legales y médicos, quienes cuestionan los límites de la legislación vigente en situaciones tan particulares como esta.
Absuelto de conducir ebrio por padecer raro síndrome de autofermentación
Un individuo acusado de manejar ebrio en Bélgica ha sido exonerado tras demostrar su defensa que sufre el síndrome de autofermentación (ABS), una enfermedad sumamente inusual que provoca la producción de alcohol en el cuerpo, según ha señalado su abogado.
El letrado ha calificado como una desafortunada coincidencia el hecho de que el hombre trabajara en una cervecería, pero argumentó que tres médicos distintos que lo examinaron confirmaron su padecimiento de ABS.
Los medios belgas, que informan sobre la absolución dictada por el juez y que es recogida por The Guardian, resaltan que el magistrado subrayó que el acusado no presentaba síntomas de intoxicación.
Un fenómeno poco frecuente
Los biólogos clínicos del hospital belga AZ Sint-Lucas han explicado que las personas con ABS producen el mismo tipo de alcohol presente en las bebidas alcohólicas, pero experimentan menos sus efectos.
En efecto, el síndrome de autofermentación es un fenómeno médico poco común en el que el cuerpo humano se convierte en una cervecería interna, fermentando hidratos de carbono y produciendo alcohol dentro del sistema digestivo.
Esta enigmática enfermedad puede ocasionar síntomas de embriaguez sin haber ingerido bebidas alcohólicas. Aunque fue identificado en la década de los setenta, el ABS sigue siendo un enigma debido a su rareza.
Según los expertos, las personas no nacen con ABS, pero pueden desarrollarlo al presentar otra afección relacionada con el intestino.
Los pacientes suelen exhibir síntomas como dificultad para hablar, tropiezos, pérdida de funciones motoras, mareos y eructos.
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