La comunidad turística británica se muestra cada vez más descontenta con España como destino vacacional. La principal razón de esta insatisfacción es el brusco aumento en el precio del alcohol en los establecimientos turísticos. Según los comentarios en las redes sociales, muchos turistas británicos han expresado su malestar y han anunciado que no regresarán a España debido a este aumento de precios. Esta situación ha generado un gran impacto negativo en la industria turística española, que se esfuerza por atender a los turistas y ofrecerles una experiencia agradable.
Turistas británicos se sienten estafados en España por el aumento de precios del alcohol
Las subidas de precios generalizadas en España no solo afectan a los españoles, sino también a los turistas extranjeros que visitan nuestros destinos de sol y playa. Según un reportaje publicado en The Mirror, turistas británicos se sienten estafados debido al aumento de precios, especialmente en cuanto a bebidas alcohólicas.
Entre ellos se encuentran Bobby y Marie McQueen, una pareja escocesa de Glasgow que ha visitado Magaluf, en Mallorca, por primera vez desde la pandemia. No volveremos. Es la última vez que pagamos 10 euros por un gin tonic y 12 euros por un vino blanco grande, afirman. Además, consideran que las medidas son mucho menores. Antes llenaban el vaso hasta tres cuartas partes con ginebra, ahora es menos de la mitad.
Otra turista británica, Veronica Horwood, de 62 años, de Bristol, ha expresado su descontento con el aumento de precios en lugares como el Piano Bar, que según ella, son definitivamente más caros que el año pasado por estas fechas. Horwood, que lleva 20 años visitando Magaluf, recuerda que hace solo cuatro años, un gin tonic costaba solo 5 euros. Creo que después del Covid han subido los precios dondequiera que vayas, añade.
El aumento de precios no solo afecta a los turistas, sino también a los dueños de bares y pubs en zonas de playa españolas. Cathy Sinclair, de 69 años, tiene un pub escocés en Magaluf y afirma que la gente no bebe tanto. Las empresas están pasando apuros aquí. El costo de vida aquí ha aumentado mucho. Sinclair cita como ejemplo que los barrules para los grifos de cerveza, que antes de la pandemia costaban 36 euros, ahora cuestan 74 euros.
Además, Sinclair destaca que los empleadores pagan las cotizaciones a la Seguridad Social, lo que le cuesta unos 700 euros al año para un trabajador a tiempo completo. Ese es un gasto grande y los turistas no entienden que tenemos que afrontar eso, explica.
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