Clima en crisis: Olas de calor marinas en el océano Antártico se intensifican y prolongan debido al cambio climático

Clima en crisis: Olas de calor marinas en el océano Antártico se intensifican y prolongan debido al cambio climático

El cambio climático está teniendo un impacto devastador en el océano Antártico, donde las olas de calor marinas se están intensificando y prolongando a un ritmo alarmante. Estos eventos, que se caracterizan por una temperatura anormalmente alta del agua del mar, están alterando los ecosistemas marinos y tienen graves consecuencias para la biodiversidad y la seguridad alimentaria. La investigación revela que la frecuencia y duración de estas olas de calor marinas están aumentando debido a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, lo que conduce a un aumento de la temperatura global.

Calor extremo en el Antártico: Olas de calor marinas se intensifican y prolongan debido al cambio climático

Los eventos prolongados de temperaturas extremadamente altas en el mar, conocidos como olas de calor marinas, están aumentando en frecuencia, duración e intensidad en el océano Austral, situado en la Antártida. Esto se debe al cambio climático, según un estudio publicado recientemente en Nature Communications Earth and Environment por investigadores del proyecto Dichoso, una iniciativa del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) del CSIC.

Este trabajo ha evidenciado que las olas de calor marinas están afectando la dinámica de los productores primarios, o primer eslabón de la red trófica marina. En los últimos 30 años, la frecuencia, duración e intensidad de estos eventos han aumentado, lo que ha provocado cambios en la actividad biológica de la comunidad fitoplanctónica que habita en la banda subantártica más meridional.

Impacto en la biodiversidad y el equilibrio ecológico

Los investigadores han encontrado que las olas de calor marinas están relacionadas con temperaturas atmosféricas más cálidas, lo que a su vez se relaciona con cambios en los vientos superficiales y una reducción sin precedentes del hielo marino. Esto está afectando la biodiversidad antártica y el equilibrio ecológico.

Además, se ha encontrado que existe una relación cercana entre las olas de calor y un aumento de la actividad del fitoplancton. Durante estas olas, el agua se mezcla menos y hay menos hielo marino, lo que permite que el fitoplancton reciba más luz y más hierro del deshielo, ambos necesarios para su crecimiento.

Sin embargo, no solo las olas de calor influyen en estos cambios, sino que hay muchos otros factores en el océano Austral que también afectan a los organismos que viven allí, con diferente resistencia al estrés ambiental, a la competencia por los recursos y a las interacciones tróficas, señalan los autores.

Métodos de investigación

Para desarrollar este trabajo, se han empleado datos diarios de alta resolución derivados de diferentes misiones satelitales internacionales y de modelado numérico matemático. De esta manera, se ha conseguido caracterizar la distribución espacio-temporal de las olas de calor marinas en el Antártico y los procesos físicos, locales y remotos responsables de estos eventos.

Además, se ha llevado a cabo un profundo análisis de causalidad, para derivar las estrechas relaciones entre las consecuencias físicas provocadas por las olas de calor y la biogeoquímica de esta región oceánica tan relevante en el contexto del cambio climático.

Consecuencias del cambio climático

Este estudio muestra uno de los impactos más graves del cambio climático en los océanos, especialmente en el océano Austral, crucial para la circulación oceánica. La investigación revela que las olas de calor marinas pueden influir en cómo se absorbe, fija y exporta el carbono en este océano a través de la bomba biológica de carbono, un proceso clave para regular el clima global.

Sin embargo, estos eventos extremos pueden alterar la composición del fitoplancton, causando un desajuste temporal entre su abundancia y la demanda de sus consumidores en la cadena alimentaria. Esto podría tener importantes efectos negativos en la biodiversidad antártica, especialmente con los futuros cambios climáticos previstos.