Descubrimiento clave: células cancerosas revelan su capacidad para migrar y colonizar nuevos tejidos

En un avance científico que puede revolucionar la comprensión y el tratamiento del cáncer, investigadores han descubierto que las células cancerosas poseen la capacidad de migrar y colonizar nuevos tejidos, lo que permite al cáncer diseminarse con mayor facilidad. Este descubrimiento clave abre las puertas a nuevas posibilidades para el desarrollo de tratamientos más efectivos contra esta enfermedad. A través de estudios exhaustivos, los científicos han podido identificar las vías moleculares involucradas en este proceso, lo que permitirá desarrollar estrategias terapéuticas más específicas y efectivas. Esta investigación pionera puede ser clave para mejorar la supervivencia de los pacientes con cáncer.

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Células cancerosas descubren su capacidad para migrar y colonizar nuevos tejidos

Un nuevo estudio aporta conocimiento sobre cómo se propagan las células cancerosas desde un tumor primario, lo que es importante para determinar la agresividad de la enfermedad.

La interacción entre las diferentes capacidades de contracción de las células determina si pueden migrar a otras partes del organismo. Las células cancerosas de un tumor pueden, en ocasiones, invadir otros tejidos. El movimiento de las células hacia la matriz extracelular (MEC) del tejido vecino es un paso esencial en la progresión del cáncer que se correlaciona directamente con la aparición de metástasis.

La matriz extracelular, clave en la multiplicación y movimiento celular

La matriz extracelular, clave en la multiplicación y movimiento celular

La matriz extracelular es una red tridimensional que sostiene y da estructura a las células y tejidos del cuerpo. Entre sus funciones está ayudar a que las células se unan y se comuniquen con otras cercanas y tiene un papel importante en la multiplicación y el movimiento celular.

Investigadores de la Universidad de Leipzig en Alemania y del Instituto de Bioingeniería de Cataluña publican en APL Bioengineering un estudio en el que usaron líneas celulares de cáncer de mama y explantes de tumores primarios de pacientes con esa enfermedad y de cuello de útero.

La contractilidad celular, clave en la migración de células cancerosas

El objetivo era examinar dos modos distintos de contractilidad celular, los cuales determinan la capacidad de contraerse. Uno de ellos es una tensión superficial tisular colectiva que mantiene compactos los grupos celulares y otro, más direccional, permite a las células introducirse en la matriz extracelular.

El equipo se centró en dos parámetros: la capacidad de las células para tirar de las fibras de la matriz extracelular, generando fuerzas de tracción, y su capacidad para tirar unas de otras, generando una elevada tensión superficial del tejido.

Descubrimientos

Vinculamos cada propiedad a distintos mecanismos contráctiles y nos preguntamos cómo se relacionan con el escape de las células cancerosas y la agresividad tumoral, ha señalado Eliane Blauth, de la Universidad de Leipzig (Alemania).

El equipo ha descubierto que las células más agresivas tiran más de la matriz extracelular que de sí mismas. Por el contrario, las células no invasivas hacen justo lo contrario.

Esos distintos comportamientos de tracción se atribuyen a las diferentes estructuras del citoesqueleto de actina (un tipo de proteína) dentro de las células. Las células invasivas utilizan principalmente fibras de actina de tensión -gruesos haces de actina que se extienden por la célula- para generar fuerzas sobre su entorno.

Las células no invasivas, por su parte, generan fuerzas a través de su corteza de actina, una fina red situada directamente bajo la membrana celular.

La interacción entre la contractilidad cortical y la contractilidad de tracción

El estudio ha demostrado que no es la magnitud global de estos modos de contractilidad, sino la interacción entre ellos lo que determina el potencial de escape de una célula, según se ha indicado en la publicación.

Los experimentos con células medianamente invasivas demostraron que la fuerza total que generan sobre las fibras de la matriz extracelular es comparable a la de las células no invasivas, pero aun así pueden desprenderse e invadirla.

Las células no invasivas siguen teniendo una alta contractilidad cortical, lo que las mantiene unidas, mientras que en las moderadamente invasivas esta casi desaparece, así que no hay mucho que las retenga aunque tiren mucho más débilmente de las fibras de la matriz extracelular, explicó Blauth.

Además, la capacidad de las células para tirar unas de otras y mantenerse agrupadas se debilita a medida que el tumor crece, aumentando potencialmente el riesgo de metástasis.

Lucía García

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