En la actualidad, la transición hacia la movilidad sostenible se ha convertido en un tema de gran relevancia. En este contexto, la noticia titulada Desmintiendo 10 populares mitos sobre el coche eléctrico surge como un análisis crucial en el debate acerca de la tecnología automotriz. En este informe se desmienten diversas creencias erróneas que han rodeado a los vehículos eléctricos, destacando la importancia de clarificar información y promover el conocimiento veraz sobre esta alternativa de movilidad. La sostenibilidad y la eficiencia energética se erigen como pilares fundamentales en el desarrollo de esta tecnología, desafiando concepciones erradas y fomentando la adopción de un modelo de transporte más amigable con el medio ambiente.
- Mitos y realidades sobre el mantenimiento de coches eléctricos revelados
- 1. Más revisiones que los de combustión. Falso.
- 2. No necesitan de una puesta a punto. Falso
- 3. El mantenimiento es más caro. Falso
- 4. Se averían más que los diésel o gasolina. Falso
- 5. Los neumáticos se gastan más. Falso
- 6. Su ITV es menos exigente. Falso
- 7. Los talleres no están preparados. Falso y cierto
- 8. La avería más frecuente y costosa es la batería. Cierto
- 9. Se ven más afectados por las temperaturas. Cierto
- 10. Puede estropearse si se descarga al 100%. Cierto
Mitos y realidades sobre el mantenimiento de coches eléctricos revelados
Descubre la verdad detrás de las creencias más comunes sobre vehículos eléctricos. Aclaramos 10 mitos y creencias populares alrededor del coche eléctrico.
Aunque el número de vehículos eléctricos está creciendo durante los últimos años, todavía dista mucho del objetivo que se ha marcado España de 5 millones y medio para 2030. La falta de infraestructura o sus elevados precios son los principales impedimentos para su despegue, pero también ciertas creencias que giran en torno a su mantenimiento y sus averías. De hecho, el 44% de los conductores rechaza la compra de un vehículo eléctrico por considerar que necesitará más mantenimiento que un coche dotado de motor de combustión, ya sea gasolina o diésel, según GIPA.
Para tratar de arrojar algo de luz al tema, y de la mano de algunos datos registrados por cadenas de talleres como Norauto, estas son diez verdades y mentiras sobre el mantenimiento y averías de este tipo de vehículos:
1. Más revisiones que los de combustión. Falso.
En principio, se tienen que realizar en un eléctrico las mismas revisiones que un vehículo térmico, aunque su frecuencia va a depender de la marca, los kilómetros recorridos y el tiempo transcurrido desde su matriculación. Por supuesto, se revisan diferentes elementos en función de los factores anteriormente detallados, y es el fabricante quien determina qué hay que revisar y cuándo; aunque se suele recomendar realizar una revisión al año.
2. No necesitan de una puesta a punto. Falso
Debido a las peculiaridades de este tipo de vehículos, la revisión y puesta a punto es algo diferente respecto a los coches de combustión, pero esto no quiere decir que no sea necesaria. Debería comprobarse el refrigerante del motor eléctrico y la batería, una inspección visual del cable de carga, así como de los propios cables y fundas que recubren los de alta tensión; mirar el pack de baterías (si es accesible), el estado del conector de carga y realizar algunos controles técnicos para conocer el estado de salud de la batería de alta tensión.
3. El mantenimiento es más caro. Falso
De hecho no, al contrario, pues carece de elementos que sí se cambian o revisan en un coche con motor térmico como: aceite de motor, filtros, correas, o bujías por ejemplo. Al final, el motor eléctrico de un coche no dista mucho del que lleva el taladro que tienes por casa. Son realmente simples.
4. Se averían más que los diésel o gasolina. Falso
No hay motivo para que sufran más averías, todo lo contrario. De hecho, los eléctricos puros o la parte eléctrica de los híbridos sufren menos averías si se compara con un motor de combustión según diferentes estudios.
5. Los neumáticos se gastan más. Falso
Los neumáticos de los automóviles eléctricos están preparados para soportar ese peso extra (unos 500 kilos más, de media), aunque sí es cierto que deberán colocarse gomas específicas, que a veces son más caras.
6. Su ITV es menos exigente. Falso
Hasta la fecha no hay una normativa específica para la Inspección Técnica de Vehículos referente a automóviles eléctricos aunque sí prestan atención especial a este tipo de vehículos. Por lo tanto, hasta el momento se rigen por la misma normativa de inspección y no hay puntos de control específicos para ellos.
7. Los talleres no están preparados. Falso y cierto
Es cierto que no todos los talleres en España están listos, y de ahí la importancia de acudir a aquellos que sí lo están, que son bastantes. Sin embargo, hay que recalcar que para trabajar con vehículos eléctricos no vale con ser un mecánico más, se ha de tener una titulación específica donde se enseñan los riesgos y cómo trabajar con las baterías de alta tensión, que son realmente peligrosas de manipular sin el debido conocimiento.
8. La avería más frecuente y costosa es la batería. Cierto
La batería y los conectores de carga se encuentran entre las averías específicas más habituales en vehículos eléctricos, un mal elemento para estropearse, dado su elevado coste y complejidad de sustitución.
9. Se ven más afectados por las temperaturas. Cierto
Es algo que se ha podido comprobar recientemente en Estados Unidos, donde se ha detectado un mayor agotamiento de las baterías por las bajas temperaturas. Las temperaturas extremas afectan a cualquier tipo de batería y, por lo tanto, las baterías de los vehículos eléctricos no son ajenas a esta circunstancia.
10. Puede estropearse si se descarga al 100%. Cierto
Los coches suelen avisar con antelación suficiente de que no hay batería para que el usuario localice un punto de carga. Si no se hace, el automóvil puede quedarse inmovilizado. Esta es una situación poco recomendable, ya que esto supone que la batería se ha descargado por completo y, por tanto, se puede dañar su capacidad y acelerar su deterioro. Si esto ocurre en multitud de ocasiones, se irá perdiendo autonomía y se reducirá su vida útil.
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