El consumo de atún en lata es una práctica común en muchos hogares, considerado un alimento saludable y accesible. Sin embargo, detrás de esta aparente inocuidad se esconde un misterio que puede resultar peligroso para nuestra salud. ¿Qué sucede con el atún en lata que lo convierte en un secreto peligro en nuestra despensa? En las siguientes líneas, exploraremos los detalles ocultos detrás de este alimento aparentemente inofensivo, y descubriremos la verdad sobre el atún en lata y sus posibles consecuencias para la salud.
La verdad sobre el atún en lata: ¿Qué debes saber para proteger tu salud?
El atún en lata, un alimento práctico y económico
El atún en lata es uno de los alimentos más socorridos de la cocina. Se trata de un alimento práctico y económico, ya que no necesita refrigeración y tiene una larga vida útil. Esto lo convierte en una opción ideal para tener a mano en la despensa y preparar comidas rápidas y nutritivas. Además, la alta versatilidad de este pescado azul lo convierten en un producto que se puede consumir de diversas maneras: en ensaladas, tortillas, bocadillos, empanadas o salsas, entre otros.
El mercurio en el atún en lata: un riesgo para la salud
Sin embargo, existen dudas respecto a su consumo por contener mercurio, un metal que, si no se vigila con regularidad, puede causar daños en el cerebro y en el sistema nervioso de los adultos, tal y como indica la Oficina de Evaluación de Riesgos para la Salud Ambiental de California.
La cantidad de mercurio en el atún en lata es generalmente baja y segura para la mayoría de las personas. Así lo ha confirmado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que asegura que el nivel medio de mercurio en las conservas de atún en aceite del mercado español es de 0,26 mg/kg, muy por debajo del límite máximo establecido en la UE de 1,00 mg/kg.
¿Quiénes deben limitar su consumo de atún en lata?
Las mujeres embarazadas, en lactancia, los niños pequeños y las personas con problemas de salud deben limitar el consumo de atún en lata. Esto se debe a que el mercurio puede afectar al sistema nervioso central en desarrollo, y los niños más pequeños son los más sensibles a este metal.
Recomendaciones para reducir el consumo de mercurio
Existen varias recomendaciones para reducir al máximo el porcentaje de mercurio consumido. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda un consumo de hasta 3-4 raciones de pescado por semana, procurando variar las especies entre pescados blancos y azules.
Para los niños de entre 10 y 14 años, la AESAN recomienda un consumo de 120 gramos al mes, es decir, aproximadamente dos latas al mes. En cuanto a las personas adultas, pueden consumir hasta 6 latas y media de atún a la semana, siempre y cuando sigan las recomendaciones para elegir atún con menos mercurio.
Cómo elegir atún con menos mercurio
Aunque ya hemos observado que el atún en lata contiene mercurio, no hay que olvidar que la cantidad suele ser baja y segura para la mayoría de las personas. No obstante, existen algunas recomendaciones para reducir al máximo el porcentaje de mercurio consumido.
Los peces más grandes y viejos tienden a tener más mercurio que los peces más jóvenes. Así lo manifiesta la Oficina de Evaluación de Riesgos para la Salud Ambiental de California, que asegura que las especies de atún más pequeñas suelen tener una cantidad algo menor de mercurio que otras de mayor tamaño.
Aquellos peces que tienden a comerse a otros suelen acumular un porcentaje mayor de mercurio. Ejemplo de ello es el tiburón, el pez espada, la lubina rayada o el atún rojo o lucio, asegura la Fundación Vasca para la Salud Agroalimentaria Elika.
Conclusión
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