En una iniciativa conjunta, el Ayuntamiento y los vecinos de la localidad se unen para exigir el cese de la cicatriz urbana que suponen las vías de Serrería en el tejido urbano. Esta demanda responde a la imperante necesidad de rehabilitar y revitalizar una zona que ha permanecido en el olvido durante demasiado tiempo. La presencia de estas vías obsoletas y en desuso constituye un lastre para el desarrollo armonioso de la ciudad, afectando negativamente tanto a la estética del entorno como a la calidad de vida de los residentes. Ante esta situación, la ciudadanía y las autoridades locales se unen en un llamado urgente a la acción, con el firme propósito de transformar esta cicatriz urbana en un espacio de encuentro y esparcimiento para todos.
Vecinos y Ayuntamiento de Valencia exigen la supresión de la cicatriz urbana en Serrería
El soterramiento del canal de acceso ferroviario a Valencia, actualmente en obras, eliminará la gran barrera que separa, prácticamente hasta el centro, los barrios del sur de la ciudad. Sin embargo, hay otra cicatriz urbana que ni siquiera tiene plazos ni previsión de inversión para su supresión: la prolongación sur del túnel de Serrería que permite la salida de los trenes hacia Barcelona. Con ella, el paseo de la Alameda acaba en un muro a la altura del Grao, en la calle Ibiza, lo que no solo hipoteca el desarrollo de este sector urbanístico, sino también la finalización del Jardín del Turia y, por lo tanto, de la apertura de Valencia al mar.
El consenso político y vecinal en la reivindicación durante los últimos años no se ha materializado en un proyecto por parte del Gobierno central, que tiene la última palabra para llevar adelante una actuación que también tendrá su impacto en el Corredor Mediterráneo. La alcaldesa volvió a reclamar al Ejecutivo de Pedro Sánchez el soterramiento de las vías de Serrería desde el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Valencia, solicitando apoyo por el impacto de una infraestructura clave a medio y largo plazo para la salida ferroviaria de mercancías del puerto.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, afirmó su apoyo al soterramiento de este tramo de vías, pero señaló que es una operación urbanística, sugiriendo que el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat deberán financiar parte de las obras. La portavoz municipal de Compromís, Papi Robles, se muestra a favor de la obra, considerándola una de las deudas pendientes del gobierno con Valencia.
La Federación de Asociaciones Vecinales de Valencia (FAAVV) solicitó reunirse con el Ayuntamiento, la Generalitat y el Ministerio para desbloquear este proyecto que lleva pendiente desde la década de los ochenta. Según la presidenta de la entidad, María José Broseta, la obra es urgente y es un tema de ciudad, pues de esto depende la verdadera vertebración de Valencia. En su opinión, se trata de una reivindicación histórica que es necesaria para poner fin a la barrera existente entre el cauce histórico del río y el nuevo que impide comunicarse.
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