La Fiscalía pide 48 años de cárcel para exsacerdote acusado de estafar a ancianas
La Fiscalía de Barcelona ha pedido una condena de 48 años de cárcel para el excura David Vargas, al que acusa de estafar a siete ancianas para quedarse con su dinero.
Según el escrito de acusación, Vargas, quien era estudiante seminarista, conoció a mujeres mayores religiosas, miembros del Apostolado de la Oración, que le ayudaron costeándole la carrera sacerdotal sin contarles que había sido suspendido de sacerdocio en julio de 2011 para seguir engañándolas y aprovecharse de ellas.
El plan maquiavélico
Vargas siguió vistiendo el hábito ante ellas y fingiendo ser sacerdote en activo, y cuando murió el marido de la primera víctima se acercó más a la mujer y comenzó a poner en marcha su maquiavélico plan para enfrentarla con su familia y las asistentas que la cuidaban para aislarla con la intención de quedarse todos sus bienes.
Fingió una denuncia de Hacienda y le hizo creer que las trabajadoras domésticas y su propio hijo la habían denunciado por tener dinero en efectivo sin declarar, y le prometió arreglarlo sobornando tanto a la abogada de las tres trabajadoras como a ellas.
Estafas y engaños
El fiscal añade que le hizo creer que el peligro que se cernía sobre ella era inminente y ella, que confiaba en él como amigo y sacerdote, le entregó cuadros de pintores reconocidos valorados en millones de pesetas para solucionar la supuesta denuncia de Hacienda, para que los vendiera y consiguiera dinero para el soborno.
Pagar silencios, le hizo creer que necesitaba pagar a empleados de la Agencia Tributaria, jueces y policías para evitar la tramitación de la supuesta denuncia.
También estafó presuntamente a la prima de la primera víctima, con quien Vargas intentó enfrentarla, y le hizo creer que la había salvado de una excuidadora y un hombre que le querían hacer daño, y le exigió a cambio un anillo valorado en 5.000 euros.
Otras víctimas
A la tercera víctima la conoció mientras estudiaba en el seminario, era secretaria de la asociación Apostolado de la Oración, formada por señoras mayores, todas solteras o viudas y con las que él dio comienzo a su plan criminal, consistente en aislarlas de sus familias más próximas y convencerlas de dejar sus bienes a la iglesia, a través suyo.
Tres mujeres le dejaron todos sus bienes, entre ellas una fallecida en extrañas circunstancias, a la que mandó incinerar al día siguiente de su fallecimiento, a pesar de que la misma había dispuesto ser enterrada en el panteón familiar de su domicilio, apunta el fiscal.
Acusados adicionales
También está acusado un carmelita vinculado a la parroquia de Santa Joaquima de Vedruna de Barcelona, que tenía llaves del archivo provincial de la congregación y se las dio a Vargas presuntamente sabiendo que las usaría para llevarse 12 libros antiguos, 171 pergaminos y otros documentos antiguos valorados en 95.700 euros.
El tercer acusado es el padre de Vargas, y el fiscal cree que colaboró con él para ocultar su botín, para lo que contrató una caja fuerte en una entidad bancaria.
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