En el escenario político catalán, Pere Aragonès, líder de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), se perfila como el principal contendiente para mantener el cargo de presidente de la Generalitat de Cataluña. Con una trayectoria política sólida y una visión clara para el futuro de la región, Aragonès busca consolidar su liderazgo y cerrar el paso al regreso de Carles Puigdemont, quien, desde el exilio, intenta recuperar el poder en la región. En este contexto, la figura de Aragonès cobra relevancia como un líder capaz de unificar fuerzas y llevar a cabo un proyecto político que priorice el diálogo y la estabilidad en Cataluña.
Pere Aragonès: el líder de ERC que busca mantener el poder en Cataluña
Si algo define al candidato de ERC a presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, es su constancia. El hombre que lideró el Govern catalán hace cuatro años, tras las sentencias judiciales que inhabilitaron a sus superiores, ha construido un perfil propio desde la sala de mandos de la Generalitat y ahora aspira a mantener ese puesto en un fragmentado escenario político.
El desafío de ERC ante Junts
Aragonès logró dar el sorpasso de ERC a Junts en las elecciones de 2021, aunque no ganó, y tras las cuales pudo gobernar. Ahora, busca evitar que ese sorpasso haya sido flor de un día. Enfrente tiene a un Junts que ha echado el resto en su apuesta presentando como candidato al expresidente fugado Carles Puigdemont. Las encuestas no le son especialmente favorables: todas coinciden en que los independentistas de derechas superarán a Aragonès y los suyos a lomos de un discurso frentista y agresivo con el Estado.
La estrategia de ERC: independentismo sin complejos
Pero, pese a la presión de este sector duro del secesionismo, ERC no ha abandonado la estrategia que, en los últimos tiempos, le ha permitido pasar a ser uno de los grandes partidos de Cataluña: independentismo sin complejos, pero a la vez colaboración con el Gobierno de coalición progresista a escala estatal. Esta vía es fuertemente criticada por los sectores más intransigentes de Junts, pero nadie puede dudar de las credenciales independentistas de un Aragonès que comenzó a militar en ERC en 1998 y que ya entonces se proclamaba partidario de la separación de Cataluña de España, cuando esa posición era muy minoritaria.
El pasado de Aragonès en ERC
La primera organización en la que militó Aragonès fueron las juventudes de la formación republicana, que llegó a liderar entre 2004 y 2007. Él mismo ha contado que fue en esas Juventudes de Esquerra Republicana (JERC) donde conoció a quien, años después, sería su líder y mentor, Oriol Junqueras. Le conocí porque organizábamos charlas y conferencias de historia por toda Cataluña, explicó hace unos años Aragonès en una publicación del partido.
El camino hacia la presidencia
Durante esos dos años, Junqueras asumió también la cartera de Economía del Govern. Y su número dos fue, precisamente, Aragonès, que se mantuvo en ese puesto hasta 2018, cuando el encarcelamiento de su jefe lo llevó directamente a relevarle tanto al frente del Departament de Economía como en la Vicepresidencia de un nuevo Ejecutivo, el liderado por Quim Torra.
El desafío electoral
Aragonès reta al PSOE a apoyar una proposición no de ley que censura la guerra judicial. Ahora, busca mantener el poder en Cataluña en un fragmentado escenario político. El último año y medio de mandato de Aragonès ha sido de equilibrios para encontrar mayorías para legislar. Buen ejemplo de ello fueron los Presupuestos de la Generalitat de 2023, que sacó adelante con PSC y Catalunya en Comú en un ensayo de un tripartito de izquierdas que ERC rechaza desde hace años por considerarse incompatible con los socialistas.
No obstante, es muy probable que ese dilema se le vuelva a presentar a Aragonès tras los comicios del próximo domingo, puesto que ERC es la única formación que podría participar de un Govern independentista y también de uno de corte progresista. Hasta ahora, el presidente no ha querido descartar ningún escenario, aunque fuentes de ERC ven muy complicado un entendimiento con cualquiera que no sea Junts.
Aragonès, no obstante, se limitó a asegurar este viernes que hablará con quien esté de acuerdo en pactar las bases de un referéndum sobre el futuro del país, con quien esté de acuerdo en acabar con el déficit fiscal a través de una financiación singular y con quien esté de acuerdo en reforzar el estado del bienestar y la lengua catalana. Y sostuvo, además, que no contempla otro escenario que hacerlo como aspirante a presidente.
Le queda una recta final de campaña para darle la vuelta a las encuestas.
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