Proyecto Hombre ha lanzado una advertencia sobre el creciente problema del consumo de pornografía y la adicción a las redes sociales entre los jóvenes. Según el informe presentado por la organización, el acceso ilimitado a contenidos pornográficos a través de internet está teniendo un impacto negativo en la salud mental y emocional de los jóvenes, generando conductas adictivas y distorsionando su percepción de la sexualidad. Asimismo, el uso excesivo de redes sociales está contribuyendo a la desconexión social y al deterioro de las relaciones interpersonales. Proyecto Hombre hace un llamado a la sociedad y a las autoridades para abordar este problema de manera urgente y trabajar en la prevención y concienciación de estos riesgos para la salud de los jóvenes.
La organización Proyecto Hombre Madrid ha alertado este domingo, Día mundial de la salud, del incremento de patologías relacionadas con la salud mental de los más jóvenes, incidiendo especialmente en el consumo de pornografía y el uso compulsivo de las redes sociales.
Los jóvenes acceden por primera vez a contenido pornográfico en torno a los 12 años, advierte la organización, y casi un 30% de los jóvenes de entre 14 y 18 años lo consumen semanalmente.
Es preciso incidir en la importancia del bienestar mental de los menores, recuerda la organización, dado que entorno al 25% de los adolescentes presenta síntomas de depresión moderada. Un 15% padece ansiedad grave y cerca del 5% ha intentado quitarse la vida, cifras que evidencian la importancia de cuidar la salud mental de los jóvenes.
Entre los jóvenes que consumen contenido pornográfico, la mayoría lo hace en plataformas gratuitas donde cerca del 90% de las escenas son agresivas o violentas.
Preocupación por la salud mental de los jóvenes ante el uso excesivo de tecnología
Estos cuidados pasan por identificar comportamientos y síntomas que puedan esconder un problema psicológico, pero también requieren un trabajo específico a la hora de abordar aquellos aspectos que más preocupan a los jóvenes y que pueden resultar más difíciles de identificar para los adultos.
La capacidad crítica y de comprensión de los menores, debido a su momento madurativo, no es suficiente para entender y procesar adecuadamente estos contenidos, subraya la organización. Esto, además, dificulta la adquisición de una sexualidad sana y no agresiva en edades adultas, así como relaciones afectivas saludables, y normaliza algunas prácticas no satisfactorias o de riesgo.
Por eso hay que limitar el acceso de los jóvenes al porno y acercarles a una educación sexual adecuada que les permita hacer frente a la influencia que estos contenidos pueden tener en ellos.
Paralelamente, la organización pone de relieve la necesidad de controlar el uso que los jóvenes hacen de internet, una herramienta que utiliza el 97% de los españoles de entre 14 y 18 años.
Para combatir los peligros que pueden suponer las redes en los jóvenes, Proyecto Hombre Madrid recomienda establecer límites de horario y contenido, informarles y acompañarles.
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