La situación laboral de las personas con discapacidad es motivo de gran preocupación, según se desprende de un reciente estudio que revela que tres cuartos de los trabajadores con discapacidad se sienten insatisfactorios en su empleo. Esta cifra es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que, además, estos trabajadores reciben un 18% menos de salario en comparación con sus pares sin discapacidad. Esta brecha salarial es un reflejo de la desigualdad y la discriminación que enfrentan las personas con discapacidad en el mercado laboral. Es fundamental abordar esta situación y trabajar hacia la igualdad de oportunidades y la inclusión de todos los trabajadores, independientemente de sus capacidades.
Trabajadores con discapacidad, insatisfechos y buscando cambios en sus empleos
Una investigación realizada por la Fundación Randstad revela que dos de cada tres trabajadores con discapacidad (64%) quieren cambiar de empleo. Además, 8 de cada 10 personas con discapacidad trabajadoras están buscando un nuevo trabajo o abiertas a nuevas oportunidades. Sólo un 7% de los encuestados se encuentra satisfecho con su actividad y no tiene intención de cambiarla.
La brecha salarial, un obstáculo para la inclusión laboral de personas con discapacidad
Entre las motivaciones principales para el cambio de trabajo, se encuentran la búsqueda de un mejor salario (94%), la necesidad de tener una mayor flexibilidad (86%), la búsqueda de mejores oportunidades fuera de su empresa (82%) o encontrar un empleo más acorde con su formación (81%). La brecha salarial entre personas con y sin discapacidad es del 18,8%, un porcentaje que ha aumentado desde 2013, cuando era del 10,5%. La brecha salarial existe y por eso es necesario seguir trabajando para conseguir la inclusión real en el mercado laboral de las personas con discapacidad, afirma María Viver, directora de Fundación Randstad.
La formación y el compromiso, clave para la integración laboral de personas con discapacidad
Aunque la situación del empleo de las personas con discapacidad ha mejorado en los últimos años, sigue habiendo una gran brecha salarial y la formación es una de las principales palancas para la inserción de las personas con discapacidad en el mercado laboral actual. Sin embargo, solo el 13% de ellos tiene estudios universitarios y un 14% una FP superior. La mayoría de los encuestados optan por no realizar formación, principalmente por dificultades económicas y la falta de cursos adaptados a la discapacidad.
Para lograr una mayor inserción laboral y una menor brecha salarial, es necesario fomentar la formación, tanto en el ámbito público como en el privado, desde las propias empresas. La labor de fundaciones como Randstad es importante, ya que disponen de proyectos de empleabilidad orientados a desarrollar las habilidades, competencias y conocimientos de las personas con discapacidad.
Además de darles oportunidades laborales y de formación, es importante que las empresas vean en la diversidad un valor que puede enriquecer sus plantillas, no como una cuota que hay que cumplir. Invitamos a las empresas a asumir un compromiso real por la inclusión, llevando a cabo acciones para promover la empleabilidad de las personas con discapacidad, acompañando a sus trabajadores con discapacidad, dándoles todas las herramientas para que puedan desarrollar todo su potencial, formando a sus equipos en diversidad e inclusión, afirma María Viver.
Desde Randstad creen que una sociedad inclusiva es posible, pero para conseguirla se necesita compromiso y muchas acciones, especialmente vinculadas con el empleo y la igualdad de oportunidades, que son las que nos van a permitir lograr una integración real de los colectivos en riesgo de exclusión.
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